Don Margarito Aguilar Hernández llega ataviado con un traje azul cielo al atrio de la iglesia de la Santa Cruz de los Milagros.
Él tiene el cargo de capitán general de la Mesa Central Chichimeca de Santiago de Querétaro.
Ayer, a sus 76 años de edad, fue objeto de un homenaje para reconocer su trayectoria, su legado y tradición.
Su vestimenta tiene cruces bordadas en detalles azul claro en la capa y al frente una cruz similar a la que se encuentra en el altar mayor del templo.
En el fresco de la tarde, en el atrio le ayudan a colocarse el penacho e inmediatamente le llueven saludos de los compadres concheros.
En punto de cuatro de la tarde camina escoltado hasta la entrada de la iglesia donde les recibe el sacerdote.
El capitán general lleva desde 1985 a la fecha en la cabeza de la Mesa Central Tradicional de la Santa Cruz, y con la misma serenidad de toda la vida se muestra emotivo por el homenaje.
Este acto de reconocimiento se llevó acabo en dos tiempos.
El primero, de forma íntima con su mesa de danza conchera y familia con una misa, y posteriormente el homenaje público que le prepararon autoridades de gobierno.
Margarito Aguilar Hernández nació en Santiago de Querétaro el 29 de junio de 1943, sus padres fueron el capitán general cacique, Margarito Aguilar Resendiz, y su madre fue Victoria Hernández, ambos le inculcaron el amor por la tradición de la danza.
Desde los 14 años trabajó en la industria del hierro donde pasó cerca de 30 años como obrero para después capacitarse en Estados Unidos y desempeñar la función de supervisor hasta 1992.
Desde 1985 tomó la responsabilidad del cargo del capitán general, y a los 76 años de vida lleva a cuestas una de las tradiciones más importantes de Querétaro, así como la responsabilidad de heredarla para que se mantenga como una de la raíces culturales del estado.