Más Información
El maestro Arasihel De Avilatihel afirma que los rituales de fin de año dependen mucho de cada persona y sus creencias, pero en cada uno de ellos se debe de llamar, de pedir al Dios único que se lleva dentro, además de que los rituales que se hacen en estas épocas son tradiciones heredadas del paganismo.
El guía espiritual habla pausadamente. Luce tranquilo. En una habitación de su casa tiene un altar, con algunos elementos representativos de la fe que profesa. Un candelabro de siete velas, una espada, un báculo en forma de cobra, una virgen de Guadalupe y una estrella de cinco picos, son algunos de los objetos que tienen presencia en el altar del maestro Arasihel, que es su nombre espiritual. El nombre terrenal que le pusieron sus padres al nacer es Demetrio Ponce Vega.
Proceso de vida
Arasihel explica que para recibir el nombre espiritual se debe de pasar un proceso largo de trabajo, de vida en vida, de despertar a la conciencia. “Yo vivo en dos mundos desde la cuna, entro en meditación profunda y comienzo a ver otros mundos. Eso desde que estaba en la cuna. Era pequeña, de un costal, en la esquina del jacal, dentro del jacal estaba mi cuna. A veces llegaba una entidad que se ponía en un pirul, viéndome. Era un ave, pero tenía ojos humanos y siempre me vigilaba… desde ahí comienza mi vida en la raja de los mundos”, explica.
Señala que su visión espiritual es diferente a una religión, que tiene el sentido de reunión, mientras que en su caso, sus enseñanzas, su camino espiritual, pues desde su punto de vista, “cada ser humano tiene un dios verdadero que palpita dentro de él, pero que a veces no se desarrolla, entonces los buscadores del Dios único van hacia el Unismo, es del hombre hacia Dios, opuesta a la tradición semita que es del Ser Supremo hacia el hombre. Eso significa que la mujer es vaso central para que nazca un Dios en la tierra. Para muchas tradiciones cada dos mil años viene un alma superior, gracias a una fémina virtuosa, y los humanos siempre estarán venerando esas entidades, pero nunca van a levantarse por sí mismos, a menos que despierten a su dios interno”.
El maestro Arasihel explica que los rituales que se hacen en esta época, cuando se cree que el fin del año es el cierre de un ciclo y el comienzo de otro, depende de la tradición de la persona. “Sí está en el mundo cristiano trabaja con la corona de las cuatro velas, la corona de Adviento, o trabaja con los 12 ángeles, los 12 arcángeles, las 12 potestades.
Pero si nos vamos a la tradición de Dios único, al chamanismo, que es el origen de todas las tradiciones, cada pueblo tiene una tradición, tiene un egregor mágico. El egregor mágico es el que la da fuerza a la tribu o al grupo. También para los rituales se tienen que tomar en cuenta los elementos de la naturaleza que se tengan en el entorno".
Rituales para el nuevo ciclo
Apunta que la costumbre de festejar en estas fechas el nacimiento de Jesús y el año nuevo, son tradiciones paganas. “Este es un ritual pagano. El árbol es un símbolo de los que invocaban a Adonis, o Adonaí judío, al que iban a ofrendar su virginidad los varones. Con la adopción del cristianismo por los emperadores romanos, se usa la fiesta de los hijos del sol, el 24 de diciembre, como fecha para la Navidad. En realidad, los cristianos celebran un ritual pagano”.
Incluso, explica que regalar un borrego tiene un origen ancestral, en la tradición hebrea, pues Raquel, que significa oveja, en hebreo, la esposa de Jacob, fue quien dio a luz y los patriarcas José y Benjamín, por lo que se le considera una mensajera de bienaventuranza.
Agrega que las doce uvas a medianoche simbolizan los buenos sabores y parabienes que se quieren tener los siguientes doce meses del año. Incluso, la ropa interior de color rojo, en el caso de las mujeres tiene un origen más profundo.
“El color rojo está relacionado con Lucifer, con el fuego sexual, con el fuego erótico del planeta, con el fuego solar. De ahí que usar ropa íntima roja es invocar ese fuego erótico interno. Algunos otros acostumbran barrer para sacar la basura de todo el año, simbólicamente y atraer nueva fortuna. Hay infinidad de rituales”, precisa.
Dice que uno de los rituales más sencillos es usar flores, un vaso con agua, y hacer un círculo de piedras o joyas. El vaso se debe de poner en un triángulo, y el círculo se debe de disolver al final del ritual, para que ningún otro ser lo utilice y lo ataque.
“Aquí va a llamar a su propio ser interno, a su ser divino, para atraer el poder de la luz, de la vida, de la fortuna, para que todo el año me vaya bien. Es lo que salga de su corazón. Lo que funciona es lo que sale de dentro, de la boca, el verbo”, puntualiza.
Incluso, añade que tocarse la frente, el pecho y la boca, como la bendición cristiana, tiene un origen ancestral, pues es símbolo de la adoración al padre, el verbo y a la fuerza creadora, el espíritu. “Esa es la señal primitiva que luego adoptaron los cristianos. Se dice Aire, tierra y fuego, invoco su poder en el centro”, concluye.
bft