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Ropa interior roja y amarilla, borregos de la abundancia, costalitos de semillas y billetes en las carteras o bolsos son algunos de los rituales que muchas personas hacen para recibir el año nuevo, de acuerdo con la fe de cada persona.
Mercados capitalinos, tiendas departamentales y locales comerciales son los predilectos de los queretanos para buscar estos productos y recibir el año nuevo con un cambio de energía.
Entre los rituales de la noche vieja más populares se encuentra el de la ropa interior de colores roja o amarilla. De acuerdo con la tradición, la ropa roja es para tener fortuna en el amor en los próximos 365 días, mientras que la amarilla es para el dinero.
En las familias se suele regalar o intercambiar ropa de estos colores, según las “necesidades” de cada familiar. Para ello, los comerciantes ofrecen una gran variedad de modelos y estilos de ropa interior, que van desde los más conservadores hasta aquellos que no usan mucha tela para su manufactura.
Otra de las costumbres de la época son los llamados borregos de la abundancia, figuras de estos animales que vienen acompañados con réplicas de monedas de oro y listones rojos con hilos dorados y un cascabel.
Estas figuras, se dice, sirven para tener buena fortuna y, como su nombre lo dice, abundancia material, aunque también algunos los usan para tener suerte en todos los aspectos de la vida.
Los borregos se colocan en la puerta de la casa. De preferencia deben de ser regalados y luego de todo un año en la puerta, deben colocarse en el árbol de Navidad y cambiarlo por otro nuevo.
Otra de las costumbres que no es tan popular entre la mayoría de la población son los costalitos de la abundancia. Van llenos de las llamadas siete semillas de la abundancia, que son frijol, maíz, garbanzo, trigo, lenteja, arroz y mostaza.
Los costalitos de la abundancia se encuentran más en tiendas y locales que ofertan hierbas y suelen ser populares entre personas que optan por remedios naturistas y herbolarios.
Junto con estos obsequios, muchas personas regalan a sus familiares y amistades billetes de un dólar. La creencia popular le otorga poder al dólar por sus símbolos crípticos, como el ojo de la Providencia, que se representa con un ojo dentro de un triángulo y que también se relaciona con la masonería.
Se dice que el dólar se debe guardar en la cartera y no sacarlo o gastarlo durante todo el transcurso del año, para luego ser reemplazado por otro billete al final del año. De la misma manera, se dice que la fortuna es tanto para quien recibe el dólar como para quien lo obsequia.
Una costumbre similar es guardar un billete en la cartera o monedero y no gastarlo durante el año. El billete puede ser de cualquier denominación.
Al final del año, ese billete se debe sustituir con otro, mientras que el antiguo se puede destinar a hacer una obra de caridad o regalarlo a alguien que esté pasando por un mal momento.
Se cree que con esto nunca faltará el dinero para quien guarde el billete y lo destine al final del año para una buena acción.
Aunque menos popular, hay quienes arrojan un vaso de agua a la calle durante la noche vieja, para, según creen, alejar las tristezas y las lágrimas de casa.
Más cercano a los rituales católicos, muchas personas acuden a misa el último día del año para bendecir 12 veladoras o velas que prenden el día 1 de cada mes, en honor a la Divina Providencia, para tener casa, vestido y sustento.
Junto con ello se reza una oración y se deja la veladora o vela prendida durante todo el día hasta que se consuma.
Además, existen otros rituales, como barrer la casa, para alejar las malas vibras o salir con maletas a la calle, para viajar durante el año.
Son cosas que la gente hace para tener buena fortuna durante los siguientes 365 días.
Más allá de las creencias y rituales, los queretanos se reunirán este 31 de diciembre para estar junto con familiares y amigos. Para ello, preparan cenas más abiertas, que las elaboradas para la Navidad.
En este fecha, se pueden preparar desde pavo hasta pozole o barbacoa, pero lo que no puede faltar son las uvas, que forman parte de otra tradición.
De acuerdo con ésta, se deben de comer 12 uvas al ritmo de las campanadas que marcan el inicio del año, y con las mismas pedir un deseo.
Por la demanda, este fruto sube de precio considerablemente, alcanzando más de 100 pesos por kilogramo.
Por ello, mercados públicos de la capital queretana se ven visitados por ciudadanos que buscan los ingredientes para preparar la cena de año nuevo.
Las carnicerías son los locales más recurridos en la fecha, para comprar lomo o pierna de cerdo, algunos cortes de res, pues muchos optan por degustar carne asada con amigos o familia.
