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A finales del 2022, motivada por su hermana, Laura Chávez acudió a una clínica a hacerse una mastografía. Meses antes se había detectado una bolita en el seno derecho, en ese momento la obvió, no sentía dolor y pensó que no era de importancia. Ese hallazgo resultó ser un tumor cancerígeno.
En octubre de ese año estaba por terminar la campaña de descuentos en una clínica, donde ofrecían precios especiales en estudios de mamografía; en ese lugar trabajaba la hermana de Laura, quien llevaba tiempo insistiendo en hacerse el chequeo de rutina.
“Tengo una hermana que trabaja en una clínica de diagnóstico y me estaba diciendo: ‘necesitas hacerte un chequeo’. Y yo decía: ‘luego, luego’. Me decía que estaban en promoción, fue tanta su insistencia que fui, fue donde empezó todo lo que he vivido”, dice.
Mientras le hacían el chequeo, llamó su atención la expresión del radiólogo, ese fue el primer foco rojo. “De ahí empezó todo, el ir y venir al hospital, con análisis, con biopsias. Al final la noticia que no quieres escuchar: tu tumor es cancerígeno y necesitamos hacer una cirugía”.
Entonces inició con una rápida atención médica: en marzo del 2023 fue sometida a una mastectomía del lado derecho y le extirparon la mama. Ahora sigue en tratamiento, incluidas biopsias en el pecho.
“Es un tratamiento desgastante emocional y físicamente, porque te deja muy mal. Gracias a Dios no me dieron quimioterapias, porque mi tumor medía 2.9 centímetros. Me quitaron 18 ganglios del brazo, de abajo de la axila, me quedó muy dañado, debo tener cuidado con el brazo”, refiere.
El proceso ha sido difícil, pero ha conocido casos otros complejos que la hacen asombrarse de las capacidades del cuerpo humano y que la dejan sin palabras al escuchar testimonios de las pacientes. En este arduo camino la mujer de 57 años también ha encontrado alicientes: en la atención del hospital, en el trato del personal médico, en mujeres que luchan contra el mismo cáncer.
“En el hospital me han atendido súper bien los doctores, y enfermeras. Les digo que son mis ángeles. Aparte, los testimonios de la gente: no puede ser que sobrevivas a tanto, que tu cuerpo pueda con tanto, yo creo que son nuestras ganas de seguir adelante, de luchar y no dejarnos vencer”.
María resalta la importancia de estar al tanto de cualquier cambio que experimente el cuerpo y acudir a consulta. Antes de que le detectaron el tumor cancerígeno, casi seis meses atrás ella había notado una bolita en su seno, pensaba que podría ser acumulación de grasa o cambios hormonales; antes de hacerse los primeros estudios, recuerda, al acostarse boca abajo ya sentía dolor.
“¿Cómo fue posible que así me dejara? Lamentablemente una ignora las señales o no te quieres dar cuenta, porque a veces tenemos miedo al diagnóstico, pero gracias a Dios, aquí estamos guerreando.”
Recuerda que después de la mastografía, se realizó un ultrasonido y una biopsia. Tras diversos estudios le confirmaron positivo a cáncer.
Su primera cita fue en la clínica 16 del IMSS, en la capital de Querétaro; de ahí la direccionaron a una cita urgente en el Hospital General Regional 2 del IMSS, en La Pradera; donde fue atendida por un oncoginecólogo. De un tratamiento de cinco años lleva un año y medio; comparte que las pruebas que le hicieron a su otra mama salieron negativas.
Al hablar de esos momentos, recuerda que su doctora le recomendaba priorizar sus citas para acudir a revisión.
Por ello, señala que ante cualquier cambio en el cuerpo es necesario acudir inmediatamente al doctor; así como hacerse chequeos constantes, no sólo en octubre sino en cualquier época del año.
“Ahora digo: a la primera que vean o sientan, sé que da mucho miedo, mucho temor las malas noticias, pero a tiempo se puede curar, podemos tener un buen tratamiento. No nada más en octubre, todo el año, todos los días hay que estar al pendiente con nuestro cuerpo, con nuestra salud”.