Los artesanos queretanos agonizan debido a la crisis económica ocasionada por el Covid-19, pues la contingencia sanitaria ha ahuyentado a sus principales clientes, los turistas.
En el Centro de Desarrollo Artesanal Indígena (Cedai), ubicado en Allende #20, en el Centro Histórico de la ciudad, los artesanos esperan durante horas a que un par de clientes entre por la enorme puerta hacia el patio principal, donde a principios de año se realizaban eventos folclóricos, musicales y ferias gastronómicas para atraer la atención de los turistas y, por lo tanto, incentivar las ventas de productos artesanales.
Pero desde hace cinco meses, el lugar está desierto. Por la contingencia sanitaria se suspendieron todos los eventos artísticos y culturales en los que se puedan reunir grandes cantidades de personas; desde entonces el Cedai es visitado sólo por los mismos artesanos, que entran y salen del lugar, esperando mejorar sus ventas.
“No alcanza para regresar a nuestro pueblo”
El lugar ofrece una gran variedad de productos hechos a mano. Muñecas, bolsos, mochilas, zapatos, joyería, llaveros, blusas, vestidos, sombreros, piezas de barro, cerámica, alimentos y más.
A inicios de año se contabilizaban 40 artesanos de distintos municipios de Querétaro, quienes vendían sus trabajos en el Cedai, pero hoy sólo se encuentran 25, muchos de ellos han cerrado sus puestos debido a que las bajas ventas ya no les permiten trasladarse hasta el Cedai. Los artesanos de este centro calculan que sus ventas han bajado 90% desde que inició la contingencia sanitaria.
Durante una jornada habitual, muy de vez en cuando un par de turistas entra al lugar, recorren los pasillos donde sólo algunos de los puestos están abiertos, preguntan por el precio de alguna muñeca o de algún cubrebocas bordado a mano, pero al final se van sin comprar nada.
“Así es toda la semana, entra muy poca gente, algunos preguntan por las cosas pero no compran nada, estamos muy escondidos, nadie nos ve”, comenta Conrada Alejandra Gabriel, artesana de Santiago Mexquititlán, que vende sus artesanías desde hace cinco años en el Centro de Desarrollo Artesanal Indígena.
Como ella, muchos artesanos viajan desde Amealco para vender sus productos en la capital, pero últimamente las ventas son tan pocas que ni siquiera les alcanza para regresar a sus pueblos el fin de semana. Muchos de ellos duermen en albergues durante más de dos semanas, porque pagar un pasaje a Amealco es un lujo que no pueden darse.
Los más afortunados tienen algún familiar en Querétaro, y de esa forma tienen un lugar seguro donde pernoctar.
“Yo vendo mis muñequitas aquí entre semana y los fines de semana me regresaba a mi pueblo, soy de Santiago Mexquititlán, pero de últimos días ya no he podido regresar porque no hay dinero, muchos de nosotros dormimos en el albergue (municipal) porque no nos alcanza para regresarnos, yo hay días en los que no vendo nada, ni una muñequita, ni una pulsera, nada”, comparte Conrada.
Algunos artesanos del Cedai, contra lo permitido por las autoridades, venden también sus muñequitas leles en las calles del Centro Histórico, pues aunque ilegal, es una de las formas más eficientes de llegar al cliente; no tienen otra opción más que buscarlo en los restaurantes, en las cafeterías, en las plazas públicas o afuera de los templos.
Francisca Aurelio Pablo también es artesana en este centro de desarrollo donde vende sus artesanías desde hace 4 años; recuerda que hace no mucho tiempo, a inicios de este 2020, los turistas que visitaban y consumían en el Cedai eran varios, sobre todo turistas nacionales y extranjeros. Sin embargo, desde que comenzó la contingencia sanitaria por Covid-19 su trabajo como artesana se paralizó.
El Cedai permaneció cerrado durante tres meses y Francisca no tuvo más remedio que volver a su pueblo, también es de Santiago Mexquititlán, donde no podía trabajar y dependía del apoyo de sus hijos. “Es que cuando cerraron este lugar nosotros ya no pudimos trabajar, aquí tenemos nuestros puestos, aquí esperamos a las personas pero si no tenemos este espacio no podemos hacer nada, yo me regresé a mi casa, con mi familia pero allá no se puede trabajar de nada, es un pueblito muy chiquito.
“Yo también ya estoy viejita, entonces tuve que cuidarme también, yo me quedé en la casa haciendo muñequitas con el material que me quedaba pero no pude vender nada, mis hijos me ayudaron pero todos tenemos gastos de diario, si no trabajas no comes. Ahora ya tiene poquito que abrieron aquí de nuevo (el Cedai) pero no hay gente, no hay turistas que ellos son los que más compran, sale uno al centro y tampoco hay nada y si hay gente no todos compran”, dice Francisca, quien tiene la esperanza de amarrar un buen trato en estos días, con una compradora de Querétaro que podría encargarle varias docenas de cubrebocas bordados.
“Estoy esperando a que me confirme la señora si va a querer los cubrebocas me dijo que queria varios cubrebocas para regalarlos y quiere que tengan a la muñequita lele, entonces voy a hacerle una muestra y si les gusta ojalá que sí me los compre, porque ahorita no hay ventas de nada”, dice.
El Centro de Desarrollo Artesanal Indigena (Cedai) abre de miércoles a domingo con un horario de 10 a 17 horas. Se encuentra ubicado en la calle Allende #20.