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El traslado de personas contagiadas con Covid-19 ha sido una de las imágenes más impactantes durante esta contingencia sanitaria; pues el personal médico se encuentra cubierto de pies a cabeza con equipo de protección, y el propio paciente es colocado en la llamada “cápsula de aislamiento”, una especie de cortina plástica que evita que el virus salga al exterior.
Carlos Casillas Cuellar, director del Centro Regulador de Urgencias Médicas (CRUM), explica en exclusiva para EL UNIVERSAL Querétaro, que dichos traslados pueden durar hasta tres horas, por lo que es una actividad riesgosa y agotadora para el personal médico y de emergencias que trabaja en esa actividad.
Agotador proceso
El CRUM es la instancia responsable de toda atención médica prehospitalaria en el estado de Querétaro; sus funciones van desde atender a un llamado de urgencias, hasta trasladar a los pacientes a algún hospital de la entidad.
Carlos Casillas Cuellar, director del CRUM, señala que durante estos días de contingencia sanitaria los traslados de personas infectadas con Covid-19 ha sido una de las actividades prioritarias, debido al número de casos reportados en la entidad, y también por la urgencia misma de la situación.
Dependiendo del caso, el traslado de un paciente infectado con Covid puede ser tan minucioso y agotador, que algunos han durado hasta tres horas, señala el funcionario estatal.
Todo inicia con el reporte de la situación a la línea del estado 4421015205 o al 911, donde se realizan una serie de entrevistas para evaluar la gravedad de la situación, si todo apunta a un nuevo caso de Covid-19, se envía una unidad especializada con equipo para atender pacientes con problemas respiratorios.
En dicha unidad también se traslada personal capacitado y protegido con un overol blanco de protección tipo tyvek, mascarilla de media cara con filtros antiaerosol, googles, careta, doble par de guantes y botas especiales.
Una vez en el lugar, al paciente con Covid-19 se le coloca en la cápsula de aislamiento, que por su alta efectividad, ha sido utilizada en todo el mundo para trasladar a personas con enfermedades mortales, por ejemplo el ébola.
“Estas cápsulas de aislamiento no tienen ningún beneficio para el paciente, son para evitar la propagación del virus y proteger a los médicos, paramédicos y familiares, estas cápsulas cuentan con un sistema de ventilación negativa, que permite que aunque se abran o se rompan el aire contaminado nunca saldrá al exterior; es una manera segura de trasladar a los pacientes. Aunque estamos limitados en personal y en espacios hospitalarios estas cápsulas nos permiten movernos con más facilidad y de manera segura”, comenta Casillas Cuellar.
Lamentablemente, el personal de emergencias médicas se encuentra con escenarios similares cada vez que llegan a un domicilio para realizar un traslado. La situación común es que la familia haya tenido un exceso de confianza ante la propagación del virus, por lo que realizó, entre otras cosas, reuniones familiares y demás actividades cotidiana que desde hace dos meses fueron prohibidas por las autoridades.
“Lo que vemos en cada caso de un paciente grave, es el exceso de confianza, la familia trata de hacer una cuenta matemática en cuanto al número de población y como en comparación a eso son pocos casos, creen que es muy poco probable que les toque, por eso se relajan, cuando llegamos a los domicilios sabemos de reuniones multitudinarias, notamos que los familiares no respetan la distancia, no respetan el aislamiento. Es el contexto que vemos frecuentemente”, señala Casillas.
Canalizar el miedo
El personal del CRUM ha realizado decenas de traslados de pacientes con Covid-19, y hasta el momento ninguno de los elementos se ha contagiado. Carlos Casillas Cuellar lo atribuye a la disciplina con la que su equipo de trabajo ha manejado la pandemia. Comenta que desde hace meses, cuando veían los estragos de la enfermedad en otros países, el personal del CRUM fue debidamente capacitado, previendo que dicha situación se presentaría también en México.
Señala que los elementos no sólo fueron capacitados técnicamente, sino que también han afrontado un sinnúmero de emociones provocadas por la propia pandemia y por lo delicado de su trabajo.
“Hemos vivido un proceso de duelo desde el inicio de la pandemia, donde fuimos conociendo la enfermedad y los estragos que ha hecho, estaba claro que a nosotros nos tocaría responder a ese tipo de emergencias en nuestro país.
“Durante todo este proceso el miedo siempre ha sido una constante, pero tenemos que canalizarlo, ser activos, positivos, esto lo reflejamos en la parte de la seguridad, es importante darle al personal el equipo necesario para su seguridad, capacitarlo y estar preparados para un posible contagio, tenemos una rotación de 14 días”, menciona el funcionario.
Carlos Casillas Cuellar reconoce la valiosa labor de cada uno de los cuerpos médicos y de emergencia que día a día se juegan la vida por realizar su trabajo. A la sociedad le pide ser comprensiva y respetar las medidas de salubridad.
“Lo más efectivo no es el trabajo que realizamos nosotros, lo más efectivo es el trabajo de la sociedad que se cuida, se protege y evita contagios, que respeta las recomendaciones de salud”, comenta.