Más Información
Desde que inició la contingencia sanitaria por Covid-19, los comerciantes de flor de corte se han enfrentado a un negro panorama, lleno de pocas ventas, restricciones y una cuesta de enero que para algunos parece interminable.
“Todo el último año hemos tenido ventas bajas, porque no se pudo celebrar el Día de la Madre, el Día de Muertos, no hay fiestas de cumpleaños, entonces tampoco hay ventas de flores”, lamentan los comerciantes.
Sin embargo, los vendedores de flor de corte perciben, desde hace meses, cierta peculiaridad en la venta de sus arreglos.
Aseguran que las rosas o las margaritas ya no son las flores más vendidas, sino que lo son los crisantemos, los claveles y las rosas blancas, acomodadas finamente en los llamados arreglos blancos, hechos especialmente para velorios y novenarios.
Mezcla de emociones
La demanda de estos arreglos blancos (hechos siempre para servicios funerarios), ha sido tan evidente desde que aumentaron las muertes por Covid-19, que la venta de estas flores ha sostenido la economía de los floristas durante los últimos meses.
Deyanira Rodríguez, florista queretana desde hace 30 años, ha vendido hasta cinco de estos arreglos en un sólo día, cosa que no había sucedido antes.
“Antes, este tipo de arreglos lo vendíamos una vez a la semana, era muy poco común, pero ahora, lamentablemente es lo que más vendemos. Yo he llegado a vender cinco de estos arreglos blancos a cinco familias diferentes en un solo día. Ahí te das cuenta de la gravedad de la situación, te das cuenta que sí hay gente muriendo más de lo normal, esto no lo habíamos visto nunca”, comenta.
Las últimas fiestas por el Día de la Madre o Día de Muertos, no se celebraron públicamente debido a las restricciones sanitarias; por lo tanto, los floristas no tuvieron buenas ventas en ninguna de esas festividades, que son las más importantes para ellos.
Por eso, Deyanira dice con pesar, que los arreglos funerarios se han vendido tanto, que eso ha ayudado a solventar un poco las terribles pérdidas. Para ella, esto es una mezcla de emociones.
“La verdad es triste saber que tus ventas diarias tienen que ver con la muerte de otras personas, te das cuenta que estás viviendo algo que nunca había pasado, te das cuenta que si no fuera por esos arreglos blancos, para novenarios, para las familias que perdieron a alguien, no venderás nada más, las ventas están muertas, muy rara vez vendemos algún otro arreglo floral que sea para regalo, algo alegre”, comenta la mujer.
Deyanira Rodríguez se refiere a los llamados arreglos bancos, armados generalmente en una maceta alargada y rectangular que suelen acomodarse en el suelo junto al ataúd, o sobre alguna mesa, junto a la fotografía o las cenizas del difunto.
Por el momento no se permiten velorios, pero sí novenarios.
Lo que casi no se vende en las florerías, a pesar de ser también un arreglo floral para eventos mortuorios, son la llamadas coronas fúnebres, pues se utilizan, principalmente, en los velorios, algo poco común en estos días de pandemia, pues las personas que mueren a causa de Covid-19 son cremadas o inhumadas, aunque en ninguno de los casos se permiten los velorios.
“También tengo aquí todo lo necesario para hacer coronas de flores, esas se hacen sólo por pedido para que la flor esté bonita cuando se entregue, pero esas se usan más para los velorios, para ponerlas junto al ataúd, y como ahorita no hay velorios se venden pocas.
“Por eso lo que vendemos más son estos ‘arreglos blancos’, porque aunque no hay velorios las familias sí [hacen] las novenas en sus casas, que son días de rezos para las personas que fallecieron y en ese momento sí [vienen a] comprar estas flores”, explica.
En algunas ciudades los floristas han reportado un desabasto de este tipo de flor, utilizada en arreglos funerarios. Sin embargo, Deyanira no detecta esa situación en Querétaro, lo que sí ha notado es un aumento en el precio, pero eso se debe, dice, a la temporada invernal, pues en tiempos de frío la flor necesita más cuidados para sobrevivir y eso eleva el costo.
“La flor la traemos de México y sí sube un 30% de precio, pero es por el tiempo de frío, cada año pasa así(...) por las bajas ventas no traemos mucha flor, porque luego no se vende”, comenta.
Fue aproximadamente en marzo, cuando los negocios cerraron por tres meses, que las ventas de los comerciantes de flores bajaron estrepitosamente. Desde entonces no han podido recuperar las pérdidas por completo.
Deyanira espera la fiesta por el Día del Amor y la Amistad, que es una de las más importantes para los floristas debido a las ventas que se realizan; sin embargo, el ambiente es de incertidumbre, pues con el aumento de casos positivos de Covid-19, teme que las autoridades endurezcan las restricciones comerciales y sociales.
“Sabemos que viene la fecha del 14 de febrero pero la verdad ya ni sabemos cómo van a estar las cosas, siempre se tiene la posibilidad de que cierren todo nuevamente, esperemos que no sea así, porque el año pasado prácticamente perdimos todas las fechas que eran buenas para nosotros”, expresa.