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Una carretera siempre en obra, que al menos una vez a la semana registra un accidente que obliga a su cierre o que registra víctimas fatales. La autopista México-Querétaro se ha convertido en una vía peligrosa para quienes circulan por ella.
La gran cantidad de vehículos de carga, así como algunos tramos donde los conductores alcanzan velocidades superiores a los 140 kilómetros por hora son una mezcla peligrosa para generar accidentes.
Apenas hace unos días, en un accidente que involucró a dos tráileres y un vehículo particular, un bebé de dos años de edad perdió la vida.
En la mayoría de los accidentes se ven involucradas unidades de carga, al igual que automóviles particulares que son conducidos a exceso de velocidad.
Los usuarios de la misma saben que circular por la carretera 57 es un reto, al mismo tiempo que una molestia.
“Les falta mucha cortesía al momento de manejar en la carretera. Si tuvieran más cortesía esta carretera no sería tan insegura, pero todos quieren pasar primero, todos van a exceso de velocidad”, dice “Marisela”, viajera continua en la autopista México-Querétaro, y quien cada vez se sorprende más por lo peligrosa que se ha vuelto.
En menos de 20 días, “Marisela” hace dos viajes a la Ciudad de México, ambos manejando su vehículo. Aunque con experiencia como conductora, la mujer extrema precauciones cuando tiene que ir a la capital del país.
En los dos últimos viajes, “Marisela” se enfrentó a percances. En el primero, un accidente de dos tráileres obligó al cierre total de la circulación en dirección a la Ciudad de México.
En el segundo, una manifestación de habitantes de Jilotepec, Estado de México, cerró la carretera por varias horas, generando que el tránsito se detuviera, lo que derivó en más de seis horas de viaje desde Querétaro hasta su destino.
Es parte de lo que se debe de sortear cuando se circula, dice “Marisela”, quien además explica que luego de estos parones en la carretera, los conductores, pensando que recuperarán el tiempo perdido, aceleran a muy alta velocidad, lo que en algunos casos genera accidentes.
“La gente cree que es una pista de carreras. Sí, por el mismo diseño se presta a que pierdas la noción de la velocidad si no le echas un ojo al tablero, pero hay muchas personas que son inconscientes de manera premeditada”, indica.
Narra que en uno de sus viajes de trabajo vio cómo un auto compacto, cuyo conductor rebasaba por el acotamiento, estuvo a punto de estrellarse contra un camión descompuesto que estaba estacionado. En esa ocasión, el conductor tuvo suerte.
También, semanas atrás, en otro choque múltiple se vio involucrada una ambulancia del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que trasladaba a una paciente a la Ciudad de México, pero que desafortunadamente murió en el percance.
“Cada vez que escuchas de accidentes te da un poco de miedo. Sientes ese nervio de manejar en una de las carreteras más peligrosas y traicioneras”.
A lo largo de todo el recorrido de la vía hay obras, tramos en construcción que parecen nunca terminar. Los trabajos de mantenimiento son interminables.
“Parece que nunca terminan de hacerle algo a la carretera. Apenas terminan en un lugar y comienzan a hacer trabajos en otro sitio. Cuando acabaron en ese lugar, regresan al otro donde empezaron. Es una carretera que está en obra negra siempre”, dice “Marisela”.
Actualmente, hay tramos en construcción a la altura de San Juan del Río y en las inmediaciones de Tepeji del Río.
Uno de los puntos más conflictivos de la carretera es precisamente en San Juan del Río. En esa pendiente en dirección a Querétaro, muchos camiones y tráileres se quedan sin frenos, provocando percances fatales. En la zona se están rehabilitando las rampas de emergencia.
Otro punto en donde se registran accidentes es la llamada Cuesta China, en las inmediaciones de Querétaro. En esta pendiente para llegar a la capital queretana los percances por alcance son frecuentes, pues los automovilistas aceleran de más, sin guardar la distancia de seguridad y chocan con autos que llevan adelante de ellos.
Hay ciertas horas del día que son complicadas para circular. En las mañanas muchas personas van a trabajar a los parques industriales que se encuentran cerca de
Querétaro o del aeropuerto. Hay quienes hacen el viaje hasta San Juan del Río o al revés, lo que complica los traslados, subraya “Marisela”.
Agrega que podría viajar en la noche o la madrugada, cuando hay menos circulación, pero eso conlleva el riesgo de sufrir algún asalto durante los trayectos más solitarios de la autopista.
“Siempre hay un riesgo al manejar. Los accidentes pasan, pero cuando viajas por una carretera que se vuelve peligrosa por la cantidad de personas que circulan, y le agregas que muy pocos tienen cultura vial, esto aumenta el peligro. Si todos fuéramos más conscientes al volante, si respetáramos los límites de velocidad (...) otra cosa sería”, precisa.