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El hombre coloca la frente en “la cara” de Benebot, robot dotado con tecnología de última generación basada en programación para detectar signos de posibles enfermedades en la menores de edad.
El diagnóstico del hombre: ojos rojos. Benebot puede medir la temperatura, revisar los ojos, así como la garganta y boca, pudiendo detectar desde fiebres hasta caries.
Mario Antonio Morales, vocero de Benebot, explica que este robot es una herramienta que da la tecnología que ofrecen los algoritmos y el big data, para usarse en beneficio de la salud de las infancias.
“Es una herramienta de control sanitario en una convivencia de tres a cinco segundos con el menor que muestra sus ojos, sus manos y su boca, así como la frente, para que a partir de ello pueda detectar si un menor está apto para llegar a su salón de clases o tiene que ser sujeto a una revisión médica porque presentó alguna alteración en estas revisiones”, indica.
Explica que más allá del uso de gel antibacterial y cubrebocas, Benebot garantiza sin error humano, hasta un 99.7% de un resultado de salud exacto.
Aunque está hecho para niños, los adultos los pueden usar. Dos mujeres se ofrecen de voluntarias para probar.
En cuestión de segundos, tras colocar manos y frente, Benebot arroja los resultados que se pueden observar a un costado del robot, en una pantalla. Además se puede usar en distintos modos. Actualmente, con la emergencia sanitaria causada por el virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad Covid-19, es más usado es el “modo mascarilla”, que hace un monitoreo de la temperatura y de los ojos.
“Este dispositivo con inteligencia artificial claramente muestra la verdad de la situación de salud del pequeño. Es más que tomar la temperatura. La temperatura es una de las condiciones; hace una exposición hacia la vista, hacia la frente, la boca, para detectar cualquier anormalidad, que van desde caries, herpes, enrojecimiento de conjuntivitis. Es decir, cosas que Benebot está alertando que deben ameritar una revisión médica”, precisa.
El propósito, añade, es evitar la propagación de virus y bacterias. La manera es detectar si ese menor requiere una revisión o atención médica. También hay una memoria en la base de datos, para que durante un mes se revise la evolución de la salud de los pequeños.
Para ello, Benebot entrega una tarjeta personalizada a cada paciente. El cual es identificado por la máquina. Incluso, da la bienvenida pronunciando su nombre, lo que sirve para dar el seguimiento del estado de salud de los pacientes registrados en su base de datos.
Además, se pueden entregar informes a los padres de familia para que le den seguimiento a la salud de sus hijos.
Mario Antonio Morales indica que Benebot se desarrolló hace cinco años, sorprendiendo por su versatilidad, creciendo su demanda, por ejemplo, en los países europeos que ya incorporaron esta tecnología en sus espacios educativos.
De hecho, en 45 países ya se usa con éxito Benebot para ingresar a las escuelas y centros de esparcimiento.
En México, agrega, el estado de Querétaro se eligió para lanzar el producto, confiando en que muchas escuelas puedan adquirir esta tecnología para proteger a sus comunidades estudiantiles.
Precisa que esta tecnología no se puede considerar costosa tomando en cuenta que se protege a los menores de edad. “Aquí el punto que tiene el país es que mientras no haya actividad en las escuelas, la productividad no estará al 100%.
“De las escuelas y el día a día, en llevar a los niños, se empieza a mover la economía, y mientras no tengamos ese regreso a clases, no habrá un movimiento como deseamos. Entonces, si aseguramos que estos planteles educativos estén con atmósferas saludables, sanas, creo entonces aseguramos la permanencia del movimiento de la economía”, afirmó.