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Martín Martínez, cofundador de la Estancia del Migrante González y Martínez, de Tequisquiapan, acudió a la Universidad de Londres, donde recibió un donativo de la comunidad de la casa de estudios.
Ahí, el activista contestó preguntas de los jóvenes, quienes se sorprendieron de los tratos inhumanos y la indiferencia de la sociedad y gobiernos.
Al menos una vez al año, la comunidad universitaria de esa casa de estudios hace una colecta para ayudar a la Estancia del Migrante. Su fundador hace el viaje a la capital queretana desde aquel municipio para agradecer en persona la ayuda para asistir a los miles de migrantes de Centro y Sudamérica que cruzan Querétaro en su camino a Estados Unidos.
Cuenta, por ejemplo, sobre los peligros que corren las mujeres migrantes que, desde que salen de sus países de origen, se enfrentan a violaciones a sus derechos humanos.
Explica que incluso los oficiales del Instituto Nacional de Migración (INM) abusan de los propios migrantes.
Agrega que la Estancia del Migrante González y Martínez no tiene relación alguna con gobiernos, pues, a decir de él, “ninguna institución funciona.
“Nosotros ofrecemos acompañamiento legal a los migrantes, pero lo que hacemos es llevarlos a México, porque tenemos respaldo de otra institución que se dedica al tema, que se llama Instituto para las Mujeres en la Migración (Imumi). Es el apoyo que tenemos”.
Los estudiantes de la carrera de Derecho llevan la materia de Derecho Internacional, por lo que el tema es de su interés.
Don Martín les dice que los migrantes muchas ocasiones prefieren ya no denunciar los abusos y delitos de los cuales son víctimas, pues las autoridades no hacen nada por aplicar la justicia. “Ya no quieren denunciar, porque no funciona, no les hacen caso… y aunque uno denuncie, no pasa nada”.
Los alumnos preguntan si se recurre a instancias de derechos humanos, pero el activista subraya que incluso esas dependencias no funcionan, no hacen caso de los migrantes y las violaciones que sufren. Incluso, les dice a los universitarios que a él ya trataron de desaparecerlo en dos ocasiones.
Los jóvenes estudiantes preguntan cómo le dan la ayuda a los migrantes a su paso por Querétaro. Martín explica que la asistencia se da de acuerdo a dónde se ubiquen las personas que van de paso.
Cuando van en el tren, se “les avientan” los alimentos. En algunas zonas, como en Viborillas, por la zona del Aeropuerto Intercontinental de Querétaro, el ferrocarril suele detenerse, por lo que en esa zona aprovechan para bajar por unos momentos para comer.
Una alumna pregunta sobre los menores migrantes. Martín señala que es frecuente ver a menores migrar en solitario.
En otras ocasiones, le ha tocado asistir a partos de mujeres que dan a luz en su camino a Estados Unidos. Una muestra del camino complicado de centroamericanos y sudamericanos que cruzan México.
Previo a la ceremonia de entrega, el activista explica que sólo el año pasado transitaron por el estado 750 mil migrantes, y en lo que va de 2023 ya lo han hecho 25 mil.
Agrega que elementos de seguridad privada del tren, al igual que efectivos de la policía de San Juan del Río, abusan de las personas, llegando a romper las visas humanitarias que se les otorga en el sur del país.
Tras la ceremonia protocolaria de la entrega de una tonelada de ayuda que se recolectó entre la comunidad universitaria, en la cual estuvieron presentes José Antonio Ugalde, vicerrector de la Universidad de Londres Querétaro, y Ana Gabriela Garrido, directora de la carrera de Derecho de la misma casa de estudios, los propios alumnos ayudan a cargar la camioneta de don Martín para que parta a Tequisquiapan con los alimentos que, estima, sean aprovechados por mil 500 o hasta dos mil migrantes que son auxiliados a su paso por la entidad.
El mismo vicerrector de la universidad se une a los voluntarios para cargar la camioneta de Martín.
Se hace una cadena humana para hacer la labor más ágil. La comunidad estudiantil participa de manera activa en esta dinámica de ayuda social que se lleva a cabo por quinta ocasión en esta casa de estudios.