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En unas semanas se cumplirá un año desde que Vanessa Dib acudió al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Querétaro para cambiar de método anticonceptivo, y terminó con ambas piernas amputadas.
La joven de 28 años de edad demandó a la institución médica pues asegura que fue víctima de múltiples negligencias que provocaron la pérdida de la mitad de su pierna izquierda y casi todo su pié derecho.
El delegado del IMSS Querétaro, Fabián Bernardo García Olivera no reconoce dichas negligencias y describe la situación como una falta de comunicación entre la paciente y el especialista en ginecología.
La institución otorgó a Vanessa una pensión de 2 mil pesos mensuales y apoyo de traslado para que asista a rehabilitaciones; aún no se decide si la apoyarán con las prótesis necesarias.
¿Cómo inició todo?
En octubre del 2018 Vanessa acudió al IMSS para cambiar su método anticonceptivo, pues le habían diagnosticado “DIU traslocado”, es decir, que el aparato se encontraba en una posición inadecuada, por lo que debían retirarlo. Dicha situación terminó en un proceso de legrado recomendado por el ginecólogo que la atendió aquel día en las instalaciones del IMSS, lo que provocó una serie de malestares que ocasionaron tres paros cardíacos, el último duró 30 minutos.
Una vez que Vanessa volvió del último paro, estuvo en coma durante nueve días, los médicos notaron afectaciones en la matriz y tuvieron que retirarla. Mientras permanecía en coma sufrió una serie de hemorragias severas y tuvieron que hacer una cirugía llamada “empaquetado de órganos”.
Este proceso médico y el retiro de la matriz provocaron problemas de circulación que gangrenaron la punta de sus pies; la infección avanzó a tal grado que realizaron dos amputaciones, los dedos de cada pie y parte de la planta del pie derecho.
Después de aquellas dos primeras amputaciones, Vanessa Dib Velázquez no recibió ningún tipo de tratamiento ni asesoría sobre las terapias físicas que eran necesarias; entonces los médicos cirujanos del IMSS la citaron nuevamente para ingresarla al quirófano y amputar nuevamente su pierna izquierda, esta vez desde la altura de la rodilla hacia abajo, pues la infección parecía seguir creciendo.
“Yo tenia mucho tiempo sin ningún tipo de revisión, yo lo que quería era que alguien me revisara, estaba muy confundida y firmé varios papeles aunque nunca me explicaron claramente que harían otra amputación. Varios médicos me decían que mi piel se estaba regenerando, que no había necesidad de amputar, eso me da mucho coraje porque no me dieron la oportunidad de salvar mi pierna”.
Al investigar un poco más sobre la recuperación de su piel y tendones en el pie derecho, Vanessa no accedió a una cuarta amputación. Actualmente acude a terapias físicas y espera que su piel se regenere para no tener que amputar nuevamente. Algunos médicos del IMSS, en secreto, le aconsejan a Vanessa que no acceda a una amputación más, pues ven mejoras en el proceso.
“Las personas del IMSS quieren convencerme de que acceda a una cuarta amputación en mi pierna derecha y que corten igualmente de la rodilla hacia abajo. Quieren cerrar ya este caso, para no verme más”, comenta la joven de 28 años.
Demanda por negligencia
Fue en mayo de este año cuando Vanessa demandó al IMSS Querétaro y a quien resulte responsable, pues ni siquiera tiene los nombres de los médicos que la atendieron aquella primera ocasión, cuando buscaba el retiro de su dispositivo.
Según Vanessa, durante todo el proceso, que duró casi un año, se cometieron múltiples negligencia médicas.
Asegura que nunca tuvo un médico asignado, que pasó semanas internada sin recibir ningún medicamento, que fue diagnosticada erróneamente, que practicaron un legrado innecesario y que nunca dieron tratamiento para combatir la infección, además de postergar en varias ocasiones las cirugías de amputación, lo que permitió que la gangrena avanzara.
Vanessa Dib Velázquez trabajaba como operadora de producción en una empresa, desde las amputaciones dejó su empleo y se dedica a vender galletas y demás productos desde casa; es madre de dos niños de 6 y 8 años de edad, vive con sus abuelos, aunque anteriormente vivía en su propia casa.
Todos los días acude a terapias físicas de rehabilitación; el IMSS la apoya con una pensión de 2 mil pesos mensuales y traslado en ambulancia para que reciba terapia; aunque el titular de dicha institución no reconoce ningún caso de negligencia y por ende, no hay responsables.
“No, realmente negligencias no, ahí fue una cuestión de comunicación entre ella y su médico tratante, desafortunadamente derivó en este problema. Se trabaja con los médicos a diario para tener una mejora continua, nuestro universo de atenciones es muy amplio y de repente algo falla con algún médico, tenemos 10 mil consultas diarias ”, señala el delegado Fabian Bernardo García Olivera.
Carrera con causa
El próximo 6 de octubre se llevará a cabo una carrera organizada por un grupo de ciudadanos que pretenden recaudar fondos para que Vanessa pueda comprar ambas prótesis, que tienen un valor de 99 mil pesos.