Juan Pablo Cárdenas Isauro, vendedor de banderas, atiende a un hombre mayor que quiere una bandera mediana. El joven vendedor cambia el asta al lábaro y se lo extiende al cliente, quien paga por el producto y se marcha.

“Las ventas han estado flojas, pero después del 5 [de septiembre] se componen”, dice.

El joven, originario de Taxco, Guerrero, se instala afuera de un supermercado de la capital queretana. Es uno de los cientos de vendedores de banderas y artículos relacionados a las fiestas patrias que se asientan en la ciudad durante esta temporada.

En cada esquina, principalmente del primer cuadro queretano, hay un vendedor de estos artículos. También es común encontrarlos en las entradas y salidas de los supermercados y plazas comerciales.

Juan Pablo dice que tiene una semana de ventas, que ha estado tranquila. “Yo sólo vengo a trabajar. Vengo de Taxco, Guerrero. Estoy aquí sólo durante la temporada, hasta el 16 de septiembre y ya me regreso otra vez a Taxco”, señala.

Apunta que en su tierra, cuando no sale a trabajar a otros puntos del país, hace pulseras con nombres, tatuajes de henna. Comenta que además de viajar a Querétaro para comercializar productos por las fiestas patrias, también suele vender en Cuernavaca, Morelos y en Acapulco, Guerrero.

Cuando está en Querétaro se queda en una casa donde le dan hospedaje a él y sus compañeros que también ofertan banderas y adornos tricolores. Afirma que la mercancía que ofrece al público es hecha en México, surtiéndose en la Ciudad de México, para luego comercializarla en la capital queretana.

En la otra entrada del supermercado se ubica otro de sus compañeros. Su puesto ofrece los mismos productos: Banderas, matracas, cornetas, aretes, rebozos, camisetas de la Selección Mexicana de futbol, vestidos típicos para niñas y trajes de charros para niños, pines, rifles de madera, entre una amplia gama de productos.

Una mujer mira con curiosidad el puesto de Juan Pablo. Observa las camisetas verdes. Luego de unos segundos pregunta el precio. El vendedor responde. La mujer da las gracias y se retira. No se concreta la venta, pero será para la otra.

En el supermercado ubicado sobre avenida Constituyentes no hay mucho movimiento. No pasa del mediodía y muchas familias apenas terminan el almuerzo del fin de semana, para posteriormente acudir a comprar la despensa.

El comerciante dice que es el segundo año en el que comercializa banderas y artículos patrios. Indica que el año pasado se vendió de todo, todos los productos fueron bien recibidos, y espera que sea igual este 2023. Aunque el producto más vendido siempre serán las banderas.

“Después del día 5 las ventas se componen”
“Después del día 5 las ventas se componen”

Los clientes son variados, pues compran por igual mujeres que hombres, jóvenes o mayores, aunque quienes siempre “enloquecen” con los productos son los niños, sobre todo con los tambores, silbatos, matracas y cornetas.

En el puesto de Juan Pablo hay una carreola, pero aclara que es de su compañera, quien tiene un bebé. “Tiene otro puesto, pero dice que no la dejó trabajar otro chavo. Ya fue a verlo. También ella viene de Taxco. Con la señora con la que estamos trabajando somos tres de Taxco, pero hay más paisanos en el centro de Querétaro que son de allá”, precisa.

Explica que en otras temporadas también sale a vender a otros sitios. Morelos y Acapulco son los lugares que más frecuenta para su oficio. Vende más en Morelos, indica, aunque en Acapulco, con más turistas, las ventas son superiores.

Precisa que siendo esta la primera ocasión que vende en Querétaro, le parece una ciudad bonita, en donde espera tener buenas ventas este año, para irse con un buen sabor de boca.

Afirma que su jornada laboral comienza a las ocho de la mañana y termina a las nueve de la noche, llegando a la casa donde duermen pasadas las 10 y media de la noche. Come durante el día en las inmediaciones de su puesto y el baño lo soluciona en el mismo supermercado.

“Ojalá se compongan las ventas este año. Durante la pandemia estuvo feo, en la pandemia me vine a trabajar a Tequisquiapan de lo mismo, en las ventas. Ahí, en Tequisquiapan, pasé la pandemia. Estuve vendiendo cubrebocas y me dieron trabajo”, añade.

En el primer cuadro de la capital queretana los puestos de banderas dan un colorido especial a las añejas calles durante este mes. Las esquinas se llenan de los colores verde, blanco y rojo, mientras que los aparadores de los comercios son decorados con motivos nacionales.

En los restaurantes, además, se lleva hasta la mesa el orgullo nacional, ofreciendo chiles en nogada, platillo tradicional de esta temporada. Además, de contar con el típico pozole, las enchiladas queretanas y una variedad de antojitos mexicanos que se vuelven un buen pretexto para celebrar el nacimiento de la nación mexicana.

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