Los parques y jardines de la ciudad de Querétaro se pintan de color naranja y amarillo con miles de plantas de flor de cempasúchil. Anuncian el regreso de las almas de aquellos seres que ya no están en este plano material de la existencia. También anuncian días de reflexión y de recordar a los difuntos, a veces con tristeza y otras veces con una sonrisa.

Los trabajadores del municipio de Querétaro siembran cempasúchil en las jardineras. Una decena de operarios de Servicios Públicos Municipales “visten” a la capital queretana para el Día de Muertos.

Los jardines Zenea, de la Corregidora, Guerrero, así como Plaza de Armas comienzan a ser sembrados con 30 mil plantas de esta flor, ícono de México, cosechadas en el vivero municipal, donde su producción cuesta unos 12 pesos. El costo comercial de cada planta es de 45 pesos.

Las pequeñas plantas son sembradas con cuidado por los trabajadores municipales en las jardineras del Zenea, mientras el Sol calienta las calles del centro de la ciudad, luego de una mañana de temperatura fresca que después bajó.

En los mercados de la capital comienza a destacar la presencia de la flor para su venta a los clientes que quieran comprar desde estas fechas para adornar sus viviendas y altares. Los viveros también se empiezan a llenar de los colores típicos de la planta. Algunos vendedores dan consejos a los compradores para que las flores se conserven hasta los primeros días de noviembre, como regarlas cada tercer día, evitar el sol directo y mantenerlas en lugares frescos.

La flor de cempasúchil (del náhuatl Cempohualxochitl que significa 20 flores o varias flores) es símbolo del Día de Muertos en México. Su color y olor es de los elementos más representativo de los altares de muertos de estas fechas.

Los pueblos originarios de Mesoamérica asociaban el color amarillo del cempasúchil con el Sol, por lo que la usaban en las ofrendas en honor a los muertos. Los pétalos de la flor se usan para hacer un camino por donde las almas de los difuntos pueden regresar a casa y llegar a los altares.

El cempasúchil, además de usarse de ornato, es utilizado como colorante textil, para elaborar insecticidas y como medicamento. Los pueblos prehispánicos los usaban para calmar los malestares del vómito, indigestión y diarrea.

La flor es mencionada por fray Bernardino de Sahagún, en La Historia general de las cosas de Nueva España. “Estas flores que se llaman cempoalxóchitl, son amarillas y de buen olor, y anchas y hermosas, que ellas se nacen, y otras que las siembran en los huertos. Son de dos maneras, unas que llaman hembras cempoalxóchitl y son grandes y hermosas, y otras que hay las llaman machos cempoalxóchitl (y) no son tan hermosas ni tan grandes”, escribió el religioso.

El cempasúchil pertenece al género Tagetes, en donde también se encuentran otras especies muy parecidas a ella.

Dicho género se encuentra integrado por 58 especies, de las cuales 35 se encuentran en México y las restantes en el centro y sur de América. Sólo llega a desarrollar flores una vez al año.

Google News