La gente se forma en uno de los puestos del Festival de la Barbacoa y el Pulque, que tuvo como escenario el Centro Cultural Manuel Gómez Morín, sin embargo ya no obtendrán el platillo.
Hacen fila para comprar consomé y gorditas de queso. Es lo único que quedó poco después del mediodía, pues la afluencia de comensales fue tal que todos los comerciantes terminaron de vender pasando las 12:00 horas. Algunos, incluso, en una hora.
En los ojos de quienes llegan al evento al mediodía se percibe la decepción. La mayoría de los ocho puestos de barbacoa de productores provenientes del municipio de Cadereyta de Montes terminaron la carne que prepararon para el evento en un par de horas. La venta comenzó alrededor de las 9:00 horas.
“Ya se acabó el Festival de la Barbacoa”, dice el vigilante encargado de la puerta del Centro Cultural Manuel Gómez Morín, a quienes después de las 13:00 horas pretenden ingresar.
Las filas son largas para entrar al evento que se anunció desde la semana pasada y que tuvo buena convocatoria este domingo entre los queretanos.
“Ya no hay nada, ya se acabó la barbacoa”, dice un joven con acento de la Ciudad de México a quienes esperan en fila para ingresar al centro cultural.
Nadie le hace caso. A nadie parece importarle la advertencia. Lo que quieren es comprobarlo con sus propios ojos.
Cuando por fin entran, lo confirman. Los encargados de los puestos ya recogen sus cosas. Los hornos móviles de barbacoa ya están apagados y vacíos. Las bolsas de plástico llenas de platos y vasos desechables son evidencia de la buena venta que tuvieron el domingo. Un plato con huesos de borrego es testigo de que cientos de queretanos y visitantes degustaron este tradicional platillo.
Imelda Cruz Martínez, originaria de San Javier, en Cadereyta de Montes, hace gorditas de queso para los clientes que entusiasmados con la barbacoa, ya no encuentran nada. Para no dejarlos con hambre, prepara este antojito tradicional de Querétaro.
“Nos fue muy bien, bendito Dios. Terminamos muy pronto. Echamos tres borregos y medio y todo se nos terminó. Empezamos a las nueve y a las 11 (de la mañana) ya habíamos terminado”, expresa la comerciante.
Comenta, mientras toma en sus manos una bolita de masa y la convierte en una gordita para colocarla en un comal, que no esperaban tener tan buenas ventas en este evento. No pensaban que la respuesta de la ciudadanía fuera tan positiva como lo fue.
Alrededor, la gente camina por los puestos con la esperanza de comer algo, de no irse con el antojo de la barbacoa, pero todo es en vano. Desde temprana hora los comensales llegaron al Gómez Morín, atraídos por el evento y por el delicioso platillo.
Imelda apunta que el día “les ayudó”, pues con el clima frío de Querétaro este domingo, a la gente le apetece más un taco, un consomé, un café, productos que se terminaron pronto. “Esperemos que nos inviten más seguido”, añade.
La vendedora recuerda que durante el último año y medio, por la pandemia de Covid-19 tuvieron que “guardarse” con la consecuente baja de ventas, pero ahora que las condiciones sanitarias tienden a mejorar, con los comercios abiertos y con más personas en la calle, las ventas comienzan a subir. La gente ya comienza a visitar más el Pueblo Mágico de Cadereyta de Montes.
Entre tanto, una cantante interpreta algunas melodías en el templete ubicado en el patio central del Centro Cultural Manuel Gómez Morín, donde también hay una exhibición de autos antiguos y de colección. Además de algunos puestos de autos a escala, modelismo y coleccionistas de juguetes.
En esta ocasión, quienes tuvieron mejores ventas fueron quienes venían de Cadereyta de Montes con su barbacoa.
En otro puesto, a unos metros del de Imelda, una mujer echa tortillas de maíz azul al comal. Ya no tiene venta al público. Son para consumo de los encargados del puesto, que “se echan un taco”, mientras descansan de la intensa mañana que tuvieron.
Miguel Ángel García Aranda, productor de barbacoa en Cadereyta y Boyé, dice que terminaron de vender muy temprano. “Llegó muchísima gente, gracias a Dios. Fue un éxito y a lo mejor mucha gente que no alcanzó a entrar se fue molesta, con el antojo. Esperábamos gente, pero no tanta”, indica.
“Se estuvo vendiendo mucho por kilo. Llegaban pidiendo de dos, tres kilos, pensando que no les iba a alcanzar. Fue un éxito para nosotros, pero también nos vamos mal porque faltó mucha gente que probara y degustara la barbacoa de Cadereyta.
“A la gente que faltó le ofrecemos una disculpa y esperamos que haya otra oportunidad y le vamos a echar más carne y más compañeros con más hornos”, comenta.
Abunda que para esta ocasión preparó tres borregos, que comenzó a vender a las nueve de la mañana, hora desde la cual comenzó a llegar la gente y de ahí no pararon hasta terminar.
Comenta que eventos de este tipo los benefician como barbacoyeros, pues les dan difusión y ventas tanto a ellos, como al municipio. “Venir aquí, ir a otros lugares donde está proponiendo el presidente (municipal) para darle más promoción a la barbacoa y el pulque.
“En la pandemia para nosotros estuvo muerto en Cadereyta; sentimos la baja de la venta, pero gracias a Dios estos eventos sirven para hacerle promoción e invitarlos a Cadereyta y a Boyé por la barbacoa y el pulque”, añade Migel Ángel.