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La noche de ayer, los Reyes Magos desfilaron por las calles del centro de la ciudad de Querétaro, previo a su visita a las casas de los niños y cumplir con su misión de llenar de alegría a los pequeños que esperan ilusionados su llegada.
La noche del 5 de enero es imposible conciliar el sueño. La ansiedad y la emoción es mucha en los chicos, que dejan zapatos junto a la ventana, esperando que se cumplan sus sueños.
Desde temprana hora, las familias se reúnen en la calle de Corregidora. Buscan ocupar el mejor lugar, estar más cerca de los Magos de Oriente. Son miles de personas las que arriban, las que se dan cita al evento.
Payasos y malabaristas abren el desfile de Reyes Magos, haciendo las delicias de los queretanos que acuden a las calles del primer cuadro de la capital.
Desde los carros alegóricos se arrojan juguetes a los niños, que miran admirados e ilusionados el desfile. También entra en acción Spiderman, que se pasea de un lado a otro, mientras lo siguen superhéroes y los minions. Más atrás, el carro con luchadores con música de fondo.
Los aplausos no se hacen esperar cuando los carros alegóricos comienzan su paso en las calles. La música también suena de fondo.
Luego de dos años de suspensión de actividades por la pandemia de Covid-19, la Cabalgata de los Reyes Magos vuelve a las calles queretanas para hacer las delicias de los más chicos, quienes miran con ilusión el paso de los magos de Oriente.
El frío no asusta a los asistentes, quienes aguantan el invernal. A su alrededor, los vendedores se dan cita. En el desfile no sólo participan los Reyes Magos, pues a la celebración se unen los bomberos, la reina de las Fiestas de la Navidad, clubes de motos o de autos antiguos y luchadores, entre algunos de los asistentes que llenan de alegría las calles, en lo que para muchos es el cierre de las fiestas navideñas. Para otros, cabe señalar, las fiestas decembrinas concluyen con el Día de la Candelaria.
Detrás de los luchadores llegan los Reyes Magos; van sobre sus camellos, caballos y elefantes. Los niños se emocionan aun más con la presencia de los Magos de Oriente.
Al final del desfile, el contingente del personal del servicio de limpia del municipio también participa, dejando las calles barridas después de la fiesta. También se lleva el reconocimiento del respetable, que comienza a desalojar la zona.
La familias caminan a las salidas del primer cuadro de la capital del estado, pues saben que los chicos deben dormir para esperar la llegada de los regalos. “Además de la rosca, los Reyes gastan en los juguetes, tienen que complacer a los niños, es su ilusión y nada se compara para los Reyes con ver su carita cuando descubren sus regalos en la mañana”, dice Ramiro, uno de los asistentes al evento.
Aunque su mención en los Evangelios es mínima y nunca se les menciona por sus nombres y su número, los tres Reyes Magos son de las figuras más emblemáticas de la Navidad y sus tradiciones.
La única referencia que se encuentra en la Biblia de ellos está en el Evangelio según San Mateo, donde se menciona que iban guiados por una estrella, su entrevista con el rey Herodes, los regalos que llevaban, y la advertencia que tuvieron en sueños de regresar por otro camino a sus tierras y no avisar a Herodes del lugar donde encontraron a Jesús.
Aunque esto tuvo sus consecuencias, pues Herodes, dice el Evangelio de Mateo, al verse burlado por los Magos de Oriente, mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén.
Los nombres de los Reyes Magos se originaron en la Edad Media, cuando nació la tradición de llamarlos Melchor, Gaspar y Baltasar, pues en el texto bíblico nunca se les menciona por su nombre ni por su raza, por lo que se cree que tanto nombres como raza son una representación simbólica de las razas del mundo que adoran a Jesucristo niño.
Otra de las tradiciones más arraigadas entre las familias mexicanas es partir la Rosca de Reyes, que la noche del jueves se comparte en los hogares.
Las panaderías hacen su agosto, venden las roscas en, mínimo 150 pesos. Las más grandes están cercanas a los 500 pesos, la mayoría de la gente las compra, lo que importa es cumplir con la tradición, no perderla a pesar de la modernidad y los nuevos tiempos.