Más Información
Una mujer se acerca a Ombeni Eliakimu Maleo, ciudadano de Tanzania radicado en Querétaro, para pedirle una fotografía. El hombre está ataviado como un guerrero Masái, frente al stand de su país en el Festival de Comunidades Extranjeras 2022, en el Querétaro Centro de Congresos.
La mujer no es la única que pide a Ombeni posar ante la cámara. Hombres y mujeres por igual quieren una fotografía junto al hombre de casi 1.80 metros de estatura. Los más discretos lo observa a distancia.
Dice que llegó a Querétaro hace 14 años, pues su esposa es mexicana y decidió vivir en tierras aztecas, y en específico en suelo queretano, donde es maestro de inglés, además de vender viajes a su país.
“Llevó 14 años acá. Me vine porque conocí a mi esposa y me invitó a venir a México. Ahora vivo aquí, desde hace década y media”, apunta.
Señala que de México lo que más le ha gustado es la gente, pues no es como la imaginaba antes. Pensaba que México era un país peligroso, racista, con segregación, con habitantes poco sociables, pero cuando llegó se dio cuenta que era todo lo contrario.
“Cuando llegué me di cuenta que la gente era totalmente diferente al estereotipo que me había imaginado. Fue diferente. La gente es amable, se dedica a su trabajo, nadie tiene problemas con otros, es pacífica, te invita tacos y tequila del bueno, no del tequila chafa que mandaban a otros países”, abunda.
Detrás de Ombeni, en el stand de Tanzania, se ofrecen artesanías del país, principalmente figuras hechas de diferentes materiales de animales típicas de la fauna africana, como rinocerontes, elefantes, leones, búfalos, jirafas, cebras, entre otros.
También litografías con paisajes donde la fauna es parte esencial de la misma. Parte también importante en estas piezas es el volcán Ngorongoro, que da nombre a uno de los parques nacionales más importantes de Tanzania y del mundo, así como el Kilimanjaro, volcán decorado con su glaciar que da nombre también a otra de las reservas naturales más famosas del mundo.
Subraya que una de las cosas que más disfruta de este país es la música del mariachi. “Es algo que me fascina de México. Es algo muy padre cuando vas a una fiesta o una reunión familiar cuando llega el mariachi y todos cantan. Es algo padrísimo. México tiene una cultura variada. No te aburres nunca, porque son muchos tipos de cultura.
No es como se imaginan allá afuera (en el extranjero) que es pura violencia, pura droga.
Si mis amigos con quienes trabajaba con ellos me preguntan cómo está la droga (los problemas con el tráfico) les digo que es pura (cosa) de las noticias, que eso no existe. Sólo existe en el cerro, donde la gente vive no existe”, enfatiza.
Comenta que algo a lo cual le costó adaptarse, como a casi todos los extranjeros, fue a la comida. Además que con el tiempo aprendió a no pedir las cosas “con todo”.
Recuerda que cuando recién llegó a México, cuando le preguntaban en los restaurantes si quería su platillo con todo decía que sí. Y le servían con todo. Confiesa que la primera ocasión que comió un taco “con todo”, con salsa, con la primera mordida y al sentir el sabor picante, tuvo que tomar casi litro y medio de agua, porque picaba. Supo con el tiempo que no era necesario pedir siempre la comida “con todo”.
También conoció el nombre de los diferentes platillos, como chilaquiles y enchiladas. Con el tiempo también aprendió cuál comida comer y cuál no. Poco se adaptó y ahora ya come de todo. En el caso del tequila y el mezcal, indica que el consumo es moderado, porque son bebidas poderosas.
Un joven se acerca y le pide a Ombeni una selfie con él. Acepta de manera amistosa, sin chistar. Mientras, otra mujer espera su turno para tomarse una fotografía, mientras de fondo se escucha música tanzana, que invita a mover los pies y las caderas a los presentes.
Los stands de los países africanos llaman la atención por lo vistoso de sus productos, la variedad y delicadeza de sus artesanías y, por supuesto, por la música que termina de dar al lugar un ambiente festivo y transporta a los presentes a tierras lejanas con sabanas inmensas y especies animales exóticas para otras partes del mundo.
Ombeni apunta que además de dar clases de inglés vende viajes a su país, safaris a Tanzania, y ofrece artesanías también de su tierra, pero principalmente son las clases de inglés su fuente de ingresos.
Sobre los viajes a Tanzania, comenta que en realidad lo caro de viajar a África es el avión, pues las cosas y gastos en su país son la mitad de lo que cuesta en México, el costo de la vida es la mitad de lo que es en Querétaro.
Agrega que durante todo el año se puede ir a Tanzania, pero uno de los atractivos es ver las migraciones de herbívoros, en el Serengueti, que buscan lugares para alimentarse. Es uno de los pocos lugares que se conservan casi intactos por la acción del hombre.
Ombeni luce contento de mostrar a los queretanos parte de su país, de su cultura. Él ya conoce la cultura local, por lo que invita a los mexicanos a visitar Tanzania, con sus reservas naturales, paisajes únicos, fauna rica y la amabilidad de los tanzanos.