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“Veo a Querétaro como mi casa, puedo estar en el fin del mundo y en 26 horas ya estoy en Querétaro”, dice Juan Manuel Prado Oliva, originario de Chetumal, quien lleva escasos seis años viviendo en esta entidad.
Juan Manuel llegó a la ciudad por un tema de salud, la elección no fue difícil y tampoco se arrepiente, porque la familia de su pareja radica en Querétaro y en ocasiones anteriores había venido de visita.
“Me enfermé por el dengue y la indicación médica era cambiar a un lugar que no fuera tropical, afortunadamente me trajo mejores oportunidades de trabajo, siempre como maestro de inglés (…) Desde hace 10 años estoy con mi pareja y él es de aquí. Cuando decidimos mudarnos es porque tenía 13 o 14 años que veníamos en Navidad o Semana Santa, es un lugar con el que sentía familiaridad, pero por cuestiones familiares”, expresó.
Es licenciado en Negocios Internacionales y asegura que llegar a Querétaro le abrió una puerta para obtener otro título en su carrera; porque en la ciudad de Cozumel, donde vivió antes, no había esta oportunidad.
Aquí estudió una licenciatura en la lengua inglesa por la Universidad de Cambridge. “Es un título de English Language Teaching”, explicó.
No se cansa de repetir que el venir a vivir a Querétaro fue lo mejor que le pudo haber pasado; aunque siente gran aprecio por su natal Chetumal, ya existe un gran cariño hacia esta entidad por todas las oportunidades que le han brindado, tanto en lo profesional como en lo personal.
Asegura que desde hace seis años que llegó, la entidad está en un intenso punto de crecimiento, lo cual permite a gente de otras partes del país y del mundo llegar a vivir a Querétaro.
Ambiente de progreso
“La gente aquí tiene muchas ganas de avanzar y me gustó mucho el ambiente de progreso. Las oportunidades que le ofrecen a todo el mundo, el ambiente cordial con el que se recibe a otras culturas, otras formas de ver la vida. Yo, al ser de Quintana Roo, tengo formas diferentes, por ejemplo, el acento, pero fui bien recibido”, señala Juan Manuel.
El cambio no le fue para nada difícil, pero confiesa que extraña un poco la comida y la convivencia familiar, porque cuenta que en Chetumal los fines de semana se iba de pesca con su hermano y su padre, o hacían otras actividades al aire libre.
Otro de los factores que facilitó los primeros meses de Juan Manuel en Querétaro es que consiguió trabajo de inmediato como maestro de inglés en el Colegio Evergreen, y posteriormente pudo abrir su propio centro de idiomas.
“Evergreen fue un parteaguas en mi carrera, en Cozumel estuve 10 años en un instituto que me instruyó en pedagogía y educación, y al llegar a esta escuela me capacitaron, recibieron y a partir de eso me di a conocer, afortunadamente varios de mis estudiantes aquí en el centro son recomendados de Evergreen y eso lo agradezco mucho”, dice con alegría.
Juan Manuel cuenta que otro de los aspectos por el que es feliz en Querétaro es porque después de 18 años de carrera logró fundar su propia academia, donde ayuda a que el aprendizaje de otro idioma sea de una forma dinámica.
Para la apertura no tuvo ningún obstáculo, y la llegada de estudiantes, en parte, ha sido gente canalizada del Colegio Evergreen.
Refiere que aprender inglés es otra forma de integrarse a la entidad porque, de acuerdo con su experiencia, la gente que se acerca a solicitar informes a su centro de idiomas es porque quiere estar preparada para el nivel que Querétaro maneja.
El gusto por el viaje, reconoce Juan Manuel, lo ha hecho ser flexible y entender con base en la observación el comportamiento de los habitantes de una ciudad, por eso le ha ido bien aquí.
“Cuando viajas te vuelves observador, aquí llegué a respetar, las cosas son tranquilas: ‘No te voy a codear o hablar de tú hasta una tercera ocasión que te vea’, y esas formas las capté (…) La vida me ha premiado por conocer gente muy amable, y ahora tengo maestros que se volvieron amigos”, refiere.
Para Juan Manuel, quien ya se considera queretano, es un tema complejo el calificar como positivo o negativo que llegue más gente al estado, pero refiere que a él lo educaron para saber que “el sol sale para todos”.
Comenta que una de sus estudiantes es colombiana, también tiene más de seis años en Querétaro, y está contenta, además de que aporta a la comunidad y busca superarse para estar al nivel de vida de esta entidad; por eso está en pro de que más gente llegue a aportar dinamismo, pluralidad y diversidad a la ciudad.
Juan Manuel está tan a gusto que no tiene intenciones de buscar otro lugar para vivir, confirma que se ve aquí “de planta”.
“Me gusta viajar mucho por el mundo, viajo mucho afortunadamente, pero siempre veo Querétaro como mi casa, disfruto el clima, me gusta cuando empieza el otoño y empieza el cambio de temperatura”, asegura con una gran sonrisa.
El centro de idiomas de Juan Manuel se llama Global English Academy, está ubicado al norte de la ciudad y con las puertas abiertas para todo aquel que quiera aprender y practicar el idioma, con el que se ayuden a tener mejores y mayores oportunidades.
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