Las ciudades de corte tradicional y las comunidades que las conforman, regularmente se ajustan a estilos muy particulares en su ritmo y estilo de vida que las han ido definiendo al paso del tiempo. Sin embargo, siempre es sorprendente la manera como el crecimiento viene acompañado de nuevas y distintas características que inevitablemente rompen muchos de los esquemas que marcan costumbres y tradiciones.
Nuestra hermosa ciudad y sus habitantes somos un claro ejemplo de ello, sobre todo para quienes pertenecemos a generaciones del siglo XX y la hemos visto crecer y sumarse a lo que podríamos definir como modernidad. Así me pareció este simpático personaje que me mostraba orgulloso su desayuno gourmet una fría mañana en el bosque de un parque nacional rompiendo esquemas en la dieta que tradicionalmente le conocemos. Verlo devorar su alimento ese me hizo pensar en todo lo que se puede ir descubriendo en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.
