Paseando por nuestra campiña queretana, en el municipio de Amealco, me encontré a este bello ejemplar de gorrión rojo que ávidamente picaba esta pera madura, la única fruta en un árbol que pareciera desolado por la falta de follaje. La foto me hizo pensar en las múltiples ocasiones que la vida nos pone a prueba.
Pensamos que todo es adverso y de pronto nos percatamos, donde y cuando menos lo esperamos, que hay opciones de solución que nos aguardan colgando como una fruta para saciar el hambre de soluciones que requerimos en un momento dado.
Solo debemos tener presente siempre que la vida es como ese árbol que crece en las diversas estaciones del año y cuyas ramas son las personas que nos rodean y están para recordarnos que lo que bien se siembra, mejor se cosecha, en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.