Hay vientos del tiempo que soplan con fuerza y llevan consigo semillas que crecen como robustos árboles, cuyo follaje es un testimonio de ausencia de la mano del hombre. Hay fotografías que nos hablan por sí solas y nos comparten grandes historias perdidas en el abandono y el olvido.
La imagen habla, pero la historia guarda un estremecedor silencio sobre aquello que se ha perdido y que no se podrá recuperar jamás. Cuantas páginas, cuantos jóvenes hambrientos de conocimiento, cuantas oportunidades que pasaron y se perdieron entre los arbustos de la ignorancia, cuando el lugar dejó de ser lo que era.
Es una bella foto de un rincón que tuvo su momento en lo que fue la hacienda de Boyé, en el Querétaro de antaño y que hoy día nos hace pensar en lo importante y trascendente que resulta la educación para un pueblo que crece y que merece hacer suyas las oportunidades de una vida digna, para que la historia deje de callar y hable mañana con orgullo del Querétaro nuevo que deseamos conservar.
