En el firmamento, como en las ciudades, hay soles que brillan distintos. No necesitan ser el centro de nuestro sistema planetario para enterarnos de ello. Ocurre que tampoco su tamaño condiciona la cantidad de luz que irradian. Son en realidad personas discretas y sencillas que dejan huella en otras personas, quienes son objeto de su quehacer cotidiano. Muchas profesiones y otros tantos oficios dedicados en favor de quienes requieren de apoyo, abonan en favor de reconocer que los seres humanos somos capaces de generar buenas noticias en corto y confianza en su propia comunidad.
Esta fotografía que muestra detalles de una flor, me invita a pensar en aquellos soles con luz y color propios, que calladamente se dedican a trabajar en favor de otros y en su pequeño universo son espectaculares. Afortunadamente hay muchos de ellos, entre los ciudadanos que con su sencillez, son verdaderamente grandes en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.