Se cumplen los primeros 100 días del gobierno de la Dra. Claudia Sheinbaum y es inevitable revisar las acciones realizadas.

La tradición de evaluar una gestión de gobierno en los primeros 100 días, viene de 1933 con el presidente de Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, en el marco de la gran depresión. En ese entonces, Roosevelt quiso hacer diferencia en la manera de atender la crisis económica y dejar claras las acciones realizadas para atender la emergencia financiera.

Sin embargo, al contrario de su origen, la gestión de la presidenta se podría caracterizar por muchas cosas, pero no por ser diferente. Al contrario, es una continuación de los pendientes que le dejó su antecesor.

Las primeras acciones de su gobierno se han visto nubladas por los escándalos políticos y económicos que le fueron heredados. Comenzando por la reforma judicial, cuya aprobación generó múltiples manifestaciones y reprobación general como una medida autoritaria.

Hay una concentración clara del Poder. Claro ejemplo de ello, es la desaparición de los organismos constitucionales autónomos, como el INAI, que permitía garantizar la transparencia y la rendición de cuentas, y que ahora pasará a la historia.

Asimismo, los temas centrales del país siguen pendientes. La inseguridad no ha disminuido. De acuerdo con datos oficiales, en lo que va de este sexenio se han presentado más de 7 mil homicidios dolosos. Sí, es cierto, la estrategia de seguridad aparentemente ha cambiado, pero ello no quiere decir que sea eficaz.

También está el estrés hídrico que ha aumentado en todo el país y la ausencia de una política pública para atender el problema de forma integral. Asimismo, la inflación y el nulo crecimiento económico ponen en riesgo las finanzas públicas, sobre todo, con los compromisos que ha asumido el gobierno en los programas sociales, los cuales no solo deben cumplirse, sino aumentarse.

Y el programa estrella de su administración que tenía pensado impulsar al inicio de este año, relativo a la construcción de viviendas, se vio truncado por un desdén del coordinador de la mayoría parlamentaria en la Cámara de Diputados, que es de su mismo partido.

Fuera de la creación de la Secretaría de las Mujeres y la pensión para mujeres, la realidad es que el inicio de esta administración no ha mostrado novedad alguna, es una continuación y extensión del mandato de su antecesor que desde el inicio le fijó la agenda política. Así han pasado los primeros 100 días de la actual presidenta; sin pena ni gloria.

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