El pasado domingo se llevó a cabo la 24 Asamblea Nacional del Partido Revolucionario Institucional y las reacciones no se hicieron esperar. Si bien la mayor atención se ha centrado en la modificación de los estatutos para permitir la elección consecutiva de la dirigencia, lo cierto es que los cambios fueron más sustanciales y permitirán conformar un partido más abierto y competitivo. Previo a desentrañar el tema más polémico, hay que considerar otros avances importantes.

En primer término, el PRI da un paso decisivo en favor de la paridad de género y pone la vara muy alta, al establecer que el 60% de los cargos partidistas serán para las mujeres. También se previó que quien esté sentenciado por violencia política de género, violencia familiar o sea deudor alimentario, no podrá ejercer cargo alguno dentro del partido, ni postularse para alguna candidatura.

Además, se crearán tres nuevas secretarías de gran importancia. La secretaría de Innovación Tecnológica, que vaya que hace falta, pues aún hay muchas oportunidades que explorar en el ámbito de las nuevas tecnologías, sobre todo de la informática. Las redes sociales y el ciberespacio, así como el metaverso, serán los espacios de la política del mañana.

Otro avance importante es la creación de la secretaría de la diversidad sexual. Con esto, el PRI fija postura en favor de la igualdad y la no discriminación, abriendo las puertas para que todas las personas, sin importar sus preferencias, puedan participar activamente en la política. Es una deuda histórica que el PRI está dispuesto a saldar.

También, siguiendo en la línea de la igualdad, se crea la secretaría de pueblos indígenas y afromexicanos, reconociendo con ello la diversidad cultural de nuestro país, y la necesidad de abrir mayores espacios para su incursión en la política activa.

Con esto, el PRI se revitaliza como un partido abierto y cercano a la gente. Asume compromisos con los grupos vulnerables y sienta las bases para una mayor participación política en México, lo que hoy en día es fundamental ante el avance ingente del autoritarismo.

Asimismo, el PRI se profesionaliza. No busca hacer politiquería, sino plantear soluciones reales para los grandes problemas del país. Por ello, se creará el Centro de Estudios para Discusión, Análisis y Prospectiva de México, un instituto que hará estudios serios y generará propuestas viables que sí generen cambios sustanciales en la vida de las personas.

Estos y otros cambios son los se aprobaron en la asamblea nacional y que ponen al PRI como un partido más abierto, cercano y capaz de conectar con todas las corrientes sociales.

Ahora sí, sobre el tema de la elección consecutiva, en primer lugar está fuera de contexto, pues no sé aprobó la reelección del presidente Alejandro Moreno, sino que ello dependerá de una decisión futura: que las y los priistas así lo decidan. ¿Qué más democrático puede ser? Ello permitirá, más allá de nombres, dar continuidad y ejecutar proyectos con visión a largo plazo.

Con esto, el PRI apuesta por un futuro prometedor y visionario. No se trata sólo de obtener más cargos públicos, sino de ser el motor de cambio para México, ese motor que lo llevará a los designios del nuevo milenio.

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