Empieza septiembre, mes patrio, y con ello una nueva esperanza para nuestra nación, el Frente Amplio por México (FAM).
El domingo fue un día histórico. Nunca en los tiempos recientes de nuestro país se había creado un bloque unido de contención al partido en el poder. Después de muchas dudas y especulaciones, a la sombra del Ángel de la Independencia, México se unió en un solo proyecto.
Atrás quedaron las ambivalencias respecto a si la oposición estaba unida o si era posible crear un solo movimiento que juntara todas las visiones y todas las voces. El domingo, se consolidó un cuerpo unificado, sólido y abierto que reunió todas las esperanzas y aspiraciones de quienes no están de acuerdo con este gobierno.
El FAM es un esfuerzo colectivo que representa la última línea de defensa frente al crecimiento descontrolado del partido oficialista. Del frente salió quien encabezará la defensa unificada del México tolerante, abierto y progresista, ese México al que aspiramos muchas personas: Xóchitl Gálvez.
Debemos reconocer el esfuerzo que representó para ella, los partidos políticos y la ciudadanía, la construcción de este frente, anteponiendo sus intereses personales a un fin superior: la unidad nacional.
Mediante el FAM, la oposición, encabezada por los partidos PRI, PAN y PRD, acompañados por la sociedad civil, generará un verdadero contrapeso contra el oficialismo, y brindarán la posibilidad real de competir por la presidencia de la república. Esto hace algunos meses era impensable, hoy es una realidad.
El FAM parte de la ciudadanía. Es un movimiento abierto que permite la integración de todos los sectores. Mujeres, hombres y personas por igual, estarán en condiciones de sumarse libremente. Ahora lo que sigue es consolidar el frente en cada rincón del país. Acercase a la gente y sumar fuerzas, en todos los niveles y estratos sociales.
La postura de Xóchitl Gálvez ha sido clara y precisa, debemos recuperar todo lo que el oficialismo destruyó, pero además, llevar a México a algo más y mejor, porque México merece más.
Todo ello opacó el quinto informe del Presidente, quien no disimuló para nada su descontento en la mañanera, que solo duró 90 minutos.
El efecto Xóchitl y el FAM ha sido contundente y disruptor (en sentido positivo). Ha modificado radicalmente el tablero electoral y el futuro del país, y los que están enfrente lo saben, y muy bien. La preocupación es evidente, nunca esperaron un verdadero bloque opositor, unido, fuerte y competitivo. Hoy las cosas han cambiado. El futuro es prometedor. De la mano de este movimiento México puede aspirar a un mejor futuro, uno donde se privilegie la tolerancia, el respeto, la congruencia, pero sobre todo, la unidad nacional, esa unidad que tanto ha sido mancillada desde palacio y que tanta falta nos hace a las y los mexicanos.
Vamos, todas y todos, unidas y unidos al frente y, por el Frente.