La agenda energética en México y Querétaro exige, hoy más que nunca, una visión clara y acciones contundentes. Los retos en el sector energético son profundos y, para que nuestro estado siga avanzando en desarrollo y competitividad, debemos abordar esta problemática con políticas que aseguren un suministro confiable, sostenible y asequible.
México sigue dependiendo en gran medida de los combustibles fósiles, y el 75% de nuestra energía proviene de fuentes no renovables. En un contexto global que se mueve hacia la reducción de carbono, esta dependencia es insostenible.
Según el índice de transición energética de Statista, México se encuentra entre los países latinoamericanos más rezagados en este aspecto, con una puntuación de 54.1 en una escala de 1 a 100, quedando detrás de Brasil, Uruguay, Costa Rica y otros países que han mostrado un compromiso claro en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Para quienes habitamos y queremos a México, esto debería ser una llamada de atención.
En Querétaro, la creciente demanda energética impulsada por el desarrollo industrial y el aumento poblacional es una señal de progreso, pero también plantea serios desafíos para la infraestructura de generación y distribución de energía. La falta de una infraestructura adecuada ha dejado al sistema nacional vulnerable a interrupciones que afectan no sólo a las empresas, sino también a cada hogar. Un claro ejemplo fue el apagón de diciembre de 2020, que dejó sin luz a más de 10 millones de personas. En 2021, una tormenta invernal en Texas evidenció aun más nuestra dependencia energética, afectando el suministro de gas natural y dejando a 4.7 millones de usuarios sin electricidad en el norte del país.
Casos como el de la comunidad de El Nabo, en Querétaro, que sufrió nueve días sin electricidad, dejan en claro que las familias queretanas necesitan acceso constante y seguro a la energía, pues sin electricidad se limitan las oportunidades educativas, el acceso a la salud y el desarrollo económico local. Querétaro no puede detenerse por falta de energía. Por eso, el gobernador Mauricio Kuri ha sido enfático en la necesidad de impulsar una infraestructura energética adecuada para satisfacer la demanda.
No podemos perder de vista que el desarrollo económico y social de nuestro estado depende de una energía fiable y accesible. La energía es el motor que impulsa nuestro crecimiento, empleo y competitividad, y no atender esta necesidad significaría limitar nuestras aspiraciones como sociedad. Nuestro llamado desde el Senado es claro: tenemos la oportunidad de convertir estos desafíos en la fuerza transformadora que asegure que Querétaro y México cuenten con las condiciones necesarias para ser más justos y ofrecer mejores oportunidades para todas y todos.