Indudablemente, la cooperación internacional es indispensable para enfrentar los retos a los que se enfrenta hoy la humanidad. Gracias al internet, al nearshoring y a los avances tecnológicos, en esta época dependemos —cada vez más— los unos de los otros, pues vivimos en un mundo interconectado, en el que las acciones, decisiones y hasta los dichos de los dirigentes y empresarios de una nación, en muchos casos, repercuten en la calidad de vida de millones de personas en otros países.

Debido a ello, la diplomacia y cooperación internacional han tomado una gran importancia, sobre todo en materia de seguridad, combate a la crisis ambiental, economía, salud, migración, educación y pobreza; desafíos que requieren del entendimiento y de la colaboración de varios países para poder ser atendidos a profundidad.

Aunado a lo anterior, el diálogo entre las distintas naciones nos ha ayudado a prevenir conflictos de escala global, así como a promover la estabilidad, a fomentar la paz y a impulsar el desarrollo social y económico en cada vez más naciones.

El intercambio de conocimiento —que es cada vez más fácil gracias a la digitalización y al internet— nos ha permitido atender, de forma mucho más coordinada, por ejemplo, emergencias como la crisis que provocó el Covid-19: una pandemia que no distinguió fronteras y que tuvo impactos muy fuertes en la economía, la educación y la salud pública a nivel internacional.

Por todo lo mencionado, es fundamental que México continúe teniendo buenas relaciones internacionales y que sigamos buscando trabajar en conjunto con otros países para atender los problemas que nos resultan comunes y para que aprovechemos al máximo las nuevas oportunidades —como es el nearshoring— que trae consigo la globalización.

En este contexto, toma especial importancia la revisión de uno de los tratados más importantes a nivel internacional: el T-MEC, que celebramos con Canadá y Estados Unidos, dos de nuestros principales socios comerciales y con quienes compartimos muchísimo debido a la cercanía, al flujo migratorio y a los beneficios que los tres países han obtenido por tener un tratado de libre comercio.

La revisión de este acuerdo —que se llevará a cabo en 2026— será uno de los principales retos para la siguiente administración federal, pues este año no sólo celebramos elecciones en nuestro país, sino que Estados Unidos también tendrá que salir a las urnas casi a finales de año.

De la revisión de los resultados que se han obtenido desde la renegociación del tratado hasta 2026 dependerá una posible extensión del mismo, pues estará vigente hasta el año 2036, pero podría serlo por seis años más, es decir, hasta el año 2042, si a ese consenso se llega durante la próxima revisión.

Las y los invito a mantenerse informados sobre el desenvolvimiento de esta importante cuestión en los próximos meses y años.

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