La Caravana de Madres Centroamericanas “Sigo tus huellas con la esperanza de encontrarte”, en su recorrido por diversas entidades de México estuvo en Tequisquiapan los días 23 y 24 de octubre, con la finalidad de encontrar a sus hijos desaparecidos en algún lugar de nuestro país, durante el intento de cruzar a Estados Unidos. Éste es el séptimo año que las mujeres hondureñas, salvadoreñas, guatemaltecas y nicaragüenses recorren el país en busca de sus seres queridos —en algunos afortunados casos los han encontrado—.
Necesariamente una pregunta salta a la vista ¿en qué momento los familiares de los migrantes queretanos desaparecidos se organizarán para buscar a los ausentes? Recordemos que oficialmente en Querétaro existen 53 personas que desaparecieron entre 2010 y 2011, cuando iban a Estados Unidos y hasta el momento no se sabe nada de ellos y las autoridades de los tres niveles de gobierno no han hecho absolutamente nada, no han movido ni siquiera un dedo. No sabemos si están enterrados en alguna fosa clandestina del norte del país o si la delincuencia organizada los mantiene trabajando en sus ilícitas empresas.
Lamentablemente no son los únicos migrantes desaparecidos. Desde que inició el fenómeno migratorio a Estados Unidos, hay testimonios de que tal vez cientos de personas jamás regresaron a sus hogares y tampoco se hizo la denuncia correspondiente ante las autoridades.
Y es que la historia de la migración queretana está situada en el despojo del 45% del territorio que sufriera México a manos de Estados Unidos, durante la guerra de 1846 a 1848. A partir de las nuevas fronteras miles de mexicanos cruzaron al otro lado, atraídos por la “Fiebre de oro” de California. Desde aquel momento los derechos humanos de los mexicanos fueron pisoteados impune y constantemente.
Los asesinatos, violaciones, pillaje y despojo de tierras que desde 1836 venían padeciendo los mexicanos a manos de los Texas Rangers, no se compararon cuando la población pasó a ser parte de Estados Unidos. (Berta Rodríguez Pérez, “La patrulla fronteriza: más de siglo y medio de vejaciones”, en revista Filo rojo, núm. 10, ago 1991).
Los queretanos empezaron a emigrar a Estados Unidos en 1884, para trabajar en el traque, el ferrocarril, agricultura, manufactura y servicios. Después la ola migratoria se intensificó a partir de la Segunda Guerra Mundial, cuando en 1942 México y Estados Unidos firmaron el Programa Bracero con vigencia de 22 años, para cubrir la ausencia de mano de obra de los anglosajones.
Desde entonces miles de mexicanos han perdido la vida a manos de la Border Patrol; ahogados en el Río Bravo, deshidratados en el desierto de Arizona, en accidentes de trabajo y en percances automovilísticos. Por otra parte, la llamada delincuencia organizada dio paso a una nueva forma de violencia en contra de las personas que huyen de la miseria de sus lugares de origen en busca del llamado American Dream.
A las vejaciones y balas de la Border Patrol, así como a los peligros del Río Bravo y el desierto de Arizona, el Cártel del Golfo y Los Zetas, principalmente, han añadido el secuestro, la extorsión, la leva y el asesinato en contra de los migrantes, sean mexicanos, centroamericanos o de cualquier otra parte del mundo.
En estos momentos la Caravana de Madres Centroamericanas, es un modelo a seguir no sólo por los queretanos, sino por los mexicanos. Sin embargo, ¿hasta cuándo seremos capaces de organizarnos para buscar a nuestros desaparecidos?
Escritor