La alianza de facto que se ha tejido internacionalmente alrededor de Donald Trump hace evidente la necesidad de diagnosticar acertadamente el entorno, pues se ha generado una amplia confusión cuando pensadores, políticos y dirigentes de buena línea, promotores del bien común y la democracia, se han alineado de manera acrítica en torno al presidente norteamericano.

Algunos elementos a considerar: el propósito estratégico, el sueño dorado del dirigente ruso Vladimir Putin, desde que llegó al poder en 1999, es debilitar y desintegrar la Unión Europea y la OTAN. En forma paralela, Donald Trump ha estado debilitando a la Unión Europea y a la OTAN desde su primer periodo presidencial (2017-2021), con el pretexto de que sus integrantes contribuyen económicamente muy poco a la alianza.

En esta labor de zapa de la UE le han acompañado dirigentes considerados de derecha y que pretenden lo mismo que Putin; es el caso del dirigente húngaro Viktor Orban, del partido alemán Alternativa por Alemania (AfD), de Vox en España, FPÖ en Austria y partidos de derecha en Serbia, Rumania, Holanda, entre otros muchos. El Brexit británico fue el primer gran desgajamiento en este sentido.

El derrumbe de la URSS en 1991 coincidió con el auge de la globalización, la expansión de la economía, su crecimiento a niveles nunca antes alcanzados beneficiando a todos los países que se adhirieron al proceso de rebajas o eliminación de aranceles, de libre competencia, innovación y fortalecimiento de exportaciones. Desde Rusia se descalificó el proceso que les benefició incluso a ellos, con el uso peyorativo del término neoliberalismo. Donald Trump, con su slogan populista MAGA (make America great again) ha estado torpedeando el proceso globalizador y mediante la amenaza y aplicación de aranceles lo único que va a lograr es que su país deje de liderar la economía mundial.

Si alguien ha sido maestro en la utilización de herramientas no convencionales de guerra híbrida, manejo de narrativas y propaganda, la utilización de la mentira y el engaño como arma política, ése ha sido el gobierno ruso. Las milicias Wagner actuando en varios países, la instrumentalización de viejas colonias soviéticas como Cuba, Nicaragua, recientemente Venezuela y los Foros de Sao Paulo y Grupo de Puebla, son ejemplos palpables. En paralelo, Donald Trump promete lo imposible, señala culpables de supuestos males de su país y desvía la atención de sus propios crímenes, como el intento de golpe de estado escenificado hace 4 años.

Vladimir Putin invadió arteramente a Ucrania en febrero de 2022; por lo que tuvo que enfrentar una cadena de sanciones. Hoy, Donald Trump retira la ayuda económica y militar a Ucrania que se ha defendido heroicamente ante la agresión rusa, dejando expuesta su ineficiencia militar; se presiona al gobierno ucraniano a aceptar la pérdida de sus territorios pisoteando el Derecho internacional. Mejor aliado no podía encontrar el invasor ruso.

No es lo mismo, entonces, ser populista (aunque sea de derecha), que liberal, que nacionalista, conservador o demócrata.

Maestro en Administración Militar para la Seguridad y Defensa Nacionales.

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