Tenemos un mes, 30 días para demostrar acciones concretas en el combate al fentanilo, no será suficiente apostar en la frontera los 10 mil soldados, habría que enfrentar a los cárteles de la droga y eliminar los laboratorios que son los centros de producción de esta droga, con la consecuencia de tener una mayor inseguridad en nuestro país.

Los empresarios ahora están francamente preocupados sobre todo los exportadores que tienen el alto riesgo de frenar la venta de sus productos a Estados Unidos en caso de aplicar el arancel del 25% a la importación de productos provenientes de México, los efectos serían desastrosos para la economía de México y particularmente para las empresas exportadoras.

Nuestra balanza comercial tiene hoy un superávit al exportar más de 500 mil millones de dólares anuales, lo que significa una planta productiva que mantiene fuentes de empleo integradas a una cadena de suministros perfectamente articulada.

Un arancel de esta dimensión significaría reducir drásticamente el volumen de producción y en consecuencia la afectación al empleo formal, así como disminuir las compras a proveedores nacionales, y por supuesto la afectación a las finanzas públicas al reducir su contribución fiscal por tener menos ingresos.

Por el momento tenemos que ser prudentes en los planes de expansión y la realización de nuevas inversiones, pues de darse este escenario no deseable, tendríamos una espiral de inflación de precios con devaluación, que desde luego también afectaría a la economía de Estados Unidos al estar integrados económicamente con nuestro vecino del norte.

Ante esta posible crisis las organizaciones deben ser resilientes, flexibles y con alta capacidad de adaptación, sabiendo que las estructuras organizacionales fincadas en la gestión de procesos se deben adecuar al tamaño del negocio y alternativamente buscar otros mercados menos vulnerables o en el mejor de los casos desarrollar nuevos servicios que puedan compensar la disminución del volumen de sus operaciones.

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