Como muchos mexicanos, he tenido la oportunidad de seguir de cerca el desarrollo de los Juegos Olímpicos de París, en las competencias de natación, clavados, atletismo, tenis, box, entre otros. Deportes que en algún momento practiqué a nivel muy amateur, por lo que estoy familiarizado con ellos.

Nos sigue impresionando que cada cuatro años superan las marcas olímpicas y récords mundiales, y uno se pregunta: ¿a qué se deben estos resultados extraordinarios? Yo podría mencionar que son efectivamente muchos factores externos y facilidades que disponen hoy estos atletas, pero lo que es común en ellos, es la disciplina, y el deseo de alcanzar una meta. No hay un deportista de alto rendimiento que no sea producto de un arduo entrenamiento con muchos sacrificios, desde luego, pero con un sueño por alcanzar, y es precisamente en este tema que debemos reflexionar. Me pregunto: ¿nos levantamos todos los días con la motivación suficiente para salir a trabajar, a estudiar, a prepararnos? No importando el oficio que tengamos carpinteros, mecánicos, meseros, supervisores, gerentes directores, maestros, enfermeros doctores, arquitectos, ingenieros, con capacidades y talentos diferentes, pero tenemos un sueño, una meta, un propósito, un ¿para qué?

Hemos visto la actitud del pugilista mexicano Marco Verde, después de cada pelea se desploma en llanto, con la ilusión de continuar y de ganar la medalla de oro para México. Un sueño que al final quedó en medalla de plata. Ese es el tema que debemos señalar, su motivación es la fuerza interna, el deseo que lo impulsa a alcanzar metas con un propósito claro, que transforma sus conductas y comportamientos hacia un fin determinado. Tener nuestro sueño personal es vivir con sentido, con una ilusión de alcanzar un resultado, así como los atletas en estos Juegos Olímpicos, quienes compiten y se aplican con todo su esfuerzo y entrega total, así deberíamos aspirar en las organizaciones, que son entes vivos, a impulsar la voluntad de todos sus integrantes hacia un objetivo común, tales como la conquista de nuevos mercados, el crecimiento de ventas y producción, el desarrollo de proyectos de innovación, la implementación de programas tecnológicos, etc.

Recordemos que la motivación en las personas tiene dos fuentes principales, la primera es por huida. Es decir, busca salir de una situación desagradable, eso genera movimiento y tomar acción para evitar el dolor, la molestia o la insatisfacción. La segunda es por logro, y a veces la que más dejamos de lado, pues precisamente implica tener sueños, metas, rumbo y visión de lo que quieres que sea tu vida en el presente y en el futuro.

Salir adelante y levantarme en incontables ocasiones es encontrar el significado de lo que hago, tener un ¿para qué? Y para mí. Soñar, planear y atreverme. Mantener esa chispa encendida es el reto.

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