“Legado de Emiliano Zapata en el México del Siglo XXI”, fue el título del panel de discusión efectuado el pasado 21 de mayo en las instalaciones de la Universidad Autónoma de Querétaro. Ahí se realizó un breve análisis respecto a la figura y símbolo de Emiliano Zapata y su legado en el siglo XXI. Participaron diversas autoridades locales y nacionales; la rectora Margarita Teresa García Gasca, con su presencia siempre agradable; el Dr. Gilberto Herrera Ruiz, Delegado Federal con su sonrisa permanente, así como el Secretario de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano, Román Guillermo Meyer Falcón, y el Representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en México, Crispim Moreira, entre otros.
El interés en los jóvenes por este tema desbordó las expectativas de asistencia de las y los organizadores, la mañana apenas comenzaba y el auditorio asignado a esta actividad fue evidentemente insuficiente, fue así que inició tan interesante evento.
En el mismo, la ponencia “El Legado de Zapata en el agrarismo mexicano” estuvo a cargo de Felipe Ávila, Historiador; Salvador Rueda, Director del Museo Nacional de Historia de México, y de Horacio Crespo, Director del Centro de Investigación de Ciencias Sociales y Estudios Regionales (Ciser).
Plantearon que la reforma agrarista impulsada por Zapata fue una reforma nacida desde las aspiraciones del campesinado y la que finalmente quedó plasmada en la Constitución de 1917 fue una reforma que dio más bien respuesta a los intereses de quienes vieron en el reparto agrario una dádiva y no un derecho reconocido.
Los tres coincidieron en que las demandas de la lucha zapatista siguen vigentes, que impulsar y respetar la vida asamblearia de las comunidades agrícolas con su cultura y respeto a la naturaleza, significaría caminar hacia su autodeterminación y si esto se acompañara de políticas públicas que dieran respuesta a las necesidades reales de la población en el campo, sin duda se lograría el disfrute de los derechos plenos para los despojados de siempre, los campesinos.
Otro tema que sería resuelto si las condiciones de quienes viven del campo mejoraran, sería el del crimen organizado; no se puede ignorar que éste encuentra tierra fértil en las condiciones sociales de extrema pobreza generadas por el abandono del agro; es así que caminar hacia el cumplimiento de las demandas revolucionarias sería en beneficio de todas y todos nosotros, “nos va la vida en ello”, aseguraron los ponentes.
El gobierno de la Cuarta Transformación está impulsando políticas comunitarias como parte de un camino diferente para atender las necesidades del campo, esperemos a ver los resultados.
A todo esto, en enero de este año, el Presidente de la República decretó 2019 como “Año de Zapata” por el centenario de la conmemoración de su artero asesinato ocurrido el 10 de abril de 1919. Sabemos que la sola imagen de Zapata interpela al poder, él simboliza la digna resistencia, su lucha ejemplar por los ideales de justicia y dignidad en armonía con la naturaleza de la que somos parte indisoluble, es inspiradora siempre. Él es todo lo que nunca serán quienes solo adoran el dinero, aunque para obtenerlo tengan que destruir todo lo que les rodea.
Pues como si de un ejemplo vivo se tratara, el 10 de abril de este año, precisamente en el aniversario luctuoso de este gigante de la historia; en la madrugada, como delincuentes cobijados en la obscuridad de la noche, las autoridades municipales de San Juan del Río, con anuencia de las estatales, talaron al menos 15 árboles en la zona aledaña al Puente de la Historia, el ecocidio a causa de la construcción de un puente vehicular innecesario continúa, pero la resistencia social también.
A nosotros nos guía el corazón y a ellos los intereses económicos particulares y de grupo, que no quepa duda, nosotros llevamos la ventaja.
¡Zapata vive! ¡La lucha sigue!
Presidenta de Desarrollo Comunitario para la Transformación Social, A.C.