La mayor parte de las personas a quienes nos interesa la vida política de nuestro país nos hemos dado a la tarea de escuchar (aunque sea por morbo) los ejercicios de comunicación y transparencia de la presidencia de la república. Primero nuestro expresidente Andrés Manuel López Obrador y ahora de la Presidenta, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo.
Si bien es cierto que se cuestionó mucho el ejercicio de información matutino, la realidad es que ha sido una actividad que ha permitido informarse de primera mano sobre las acciones, programas y directrices del gobierno de la cuarta transformación; permitiendo tener información veraz y en tiempo real, sin dar pie a que las y los opositores tergiversen la información y publiquen (como antes se hacía) lo que quisieran, con el objetivo de conseguir presionar para recibir dádivas.
En ese sentido y gracias a este ejercicio de comunicación, es que la Presidenta dio a conocer una de las noticias más importantes del sexenio. Tanto para Querétaro como para la República. Dentro de una serie de obras y acciones que contempla la Doctora para el desarrollo y el impulso de las economías locales de los estados, anunció un proyecto ferroviario que beneficiaría a más o menos 6 millones de habitantes de la Ciudad de México, Hidalgo, Estado de México y Querétaro.
Lo interesante de todo esto es que los principales promotores del proyecto han sido justamente quienes se OPONÍAN a la creación de este hace unos años. Como parte importante de esta brevísima historia, recordemos que el mismísimo expresidente Enrique Peña Nieto fue vinculado con uno de los propietarios de las empresas que “ganaron” la licitación para construir el tren México-Querétaro por allá del 2014; en ese mismo sentido, acá en Querétaro, el ahora exdiputado y desaparecido Marcos Aguilar Vega, se oponía “con todo”, argumentando que Querétaro colapsaría con una estación del tren en este estado.
En aquel entonces el PRI impulsaba la obra que, hay que decirlo también, daría empleos y beneficio a muchos miles de personas, mejorando también tiempos de traslado y oportunidades laborales entre los estados que fueran parte del paso del tren; sin embargo, se trataba de una obra que desde su inicio, estuvo plagada de corrupción y vínculos extraños y cuestionables. Por otro lado, uno de los principales y más férreos opositores de la obra fue Acción Nacional, quien a toda costa buscó argumentos para “bloquear” la realización de esta.
El caso es que por fin se retoma el proyecto, nada más y nada menos que por la primera Presidenta de la República, quien vino a Querétaro a anunciar el proyecto entre un mar de funcionarios del estado, recibiendo ovaciones, porras y aplausos por propios y extraños.
¿Por qué ahora si les parece el proyecto? Será que buscaban colgarse de una obra de trascendencia y les ganaron el anuncio o simplemente siempre les pareció pero les molesta no tener la idea ellos primero. El caso es que hoy, todos se sumaron a la propuesta, apoyaron y hasta se pusieron a la orden de la Presidenta, aún cuando “siempre están en contra de la 4T”.