“Quiero empatía, pónganse en los zapatos de los ciudadanos”. “Enfóquense primero en la solución y luego en el problema”. “Cuiden los recursos y el dinero de Querétaro”.
He decidido empezar con tres frases que quedaron plasmadas en uno de los documentos más importantes para el Desarrollo de un estado, mismo que también expresa que “el compromiso de la administración es mantener la calidad de la vida de las familias queretanas por medio de un manejo sostenible y coordinado del agua…es necesario coordinar los esfuerzos institucionales que permitan el cumplimiento del derecho constitucional de acceso al agua, en condiciones adecuadas de calidad y cantidad…”
Se mencionan además seis ejes prioritarios de acción para poder dar cabal cumplimiento a los objetivos que, además, están basados en la agenda 2030, entre los que se encuentran agua, seguridad y movilidad. Hasta aquí todo super bien, un Plan de Desarrollo muy prometedor con una visión de futuro que promete mucho y que, si lo vemos de forma objetiva, tiene todas las buenas intenciones de ser funcional para que Querétaro prospere.
Pero después de la mitad de la administración parecen objetivos inalcanzables. Solamente por poner un ejemplo, en lo que va del sexenio ha habido dos fugas gigantes que han dejado a gran parte de la población de nuestro estado en escasez de agua, lo que permite ver que esas acciones de “Reforzar la eficiencia física, comercial y administrativa de los Organismos Operadores de Agua; Ejecutar acciones para la reducción de fugas de agua y Diseñar y ejecutar las estrategias y acciones que incrementen la cobertura del servicio de agua a corto, mediano y largo plazo”, han sido poco eficientes. Parece ser que se prefieren medidas que peguen en los bolsillos de las y los habitantes, del pueblo.
De los ejes rectores de seguridad y movilidad, no hay mejor ejemplo que la aparente pugna que se tiene entre la Fiscalía y la Secretaría de Seguridad Ciudadana, dos corporaciones de seguridad que deberían mantener seguro nuestro estado pero que no se entienden entre ellas y; la obra que ha mantenido a la población que transita la capital detenida, con estrés y pérdida de tiempo, dinero y trabajo para algunos durante dos años. Aún cuando se prometió terminar en 1 año.
De todo lo anterior podrá haber múltiples posicionamientos en favor o en contra, pero todo parece apuntar que no se ha puesto en práctica el documento que se expidió en esta misma administración: el Plan Estatal de Desarrollo y su Decálogo.