Vivimos en una época completamente diferente a lo que hubiésemos pensado hace unos años. La evolución de las tecnologías ha tenido un desarrollo sin precedentes, con avances significativos que nos obligan a actualizarnos cada vez más rápido. Es así que en esta era digital, la violencia ha encontrado nuevas formas de manifestarse, y México no es la excepción. La violencia digital, que incluye acoso, hostigamiento, amenazas y la difusión no consentida de contenido íntimo, ha crecido exponencialmente con el aumento del uso de tecnologías y redes sociales.
La Ley Olimpia, una reforma crucial en la legislación mexicana, busca combatir este fenómeno al reconocer y sancionar la ciberviolencia. Gracias a la lucha de la activista Olimpia Coral Melo, se dio un primer paso para garantizar los derechos de las mujeres en el ciberespacio; sin embargo, la regulación de la violencia digital enfrenta nuevos desafíos con el avance de la inteligencia artificial (IA).
La IA nace como un apoyo en la agilización de procesos, potenciando el uso de las tecnologías de la información. Lamentablemente, también ha sido utilizada para manipular imágenes y videos, creando contenido falso que puede ser distribuido masivamente en cuestión de segundos. En un caso reciente en nuestro país, un juez absolvió a un joven acusado de usar IA para alterar imágenes íntimas de sus compañeras, lo cual ha generado indignación y evidencia la necesidad de actualizar las leyes para abordar estos nuevos métodos de violencia.
La regulación de la IA en el contexto de la violencia digital es un tema complejo que requiere un enfoque multidisciplinario. Es esencial que las leyes no sólo sancionen la difusión de contenido íntimo sin consentimiento, sino que también aborden el uso de tecnologías avanzadas para la creación de dicho contenido.
En Querétaro, se ha optado por la digitalización del gobierno y un desarrollo tecnológico; nuestra presidenta Claudia Sheinbaum también ha orientado los esfuerzos, inversiones y políticas públicas al desarrollo digital, pero aún existen áreas de oportunidad significativas para liderar en la regulación de la violencia digital.
En Querétaro se debe invertir en establecer programas educativos que sensibilicen a la población sobre los riesgos de la violencia digital y promuevan el uso responsable de las tecnologías. No se trata únicamente de crear campañas digitales de concientización, sino también, de atacar la raíz del problema apostando por las juventudes.
La violencia digital es un problema que afecta a toda la sociedad, y su regulación es crucial para proteger los derechos y la dignidad de las personas en el entorno digital. Querétaro tiene el potencial de convertirse en un modelo a seguir en la lucha contra la violencia digital, demostrando que el avance tecnológico puede ir de la mano con la protección de los derechos humanos.