Casi se han cumplido los seis años del mandato de Andrés Manuel López Obrador, sexenio marcado por la transparencia y comunicación efectiva desde “las mañaneras”, obras en favor del desarrollo de nuestro país, combate a la corrupción dentro y fuera de las instituciones de gobierno, y aunque no depende de él de forma directa, la casi desaparición de partidos políticos que garantizaban la riqueza de grupos que jamás velaron por los intereses de los más pobres.
Un líder social y moral no solo para quienes militan en Morena, sino también para millones de mexicanos que no se encuentran en las filas del partido pero sí en las filas de la izquierda, personas que han levantado la voz y demostrado en las urnas su molestia, su hartazgo y desconfianza en los conservadores y pseudocentristas.
Mujeres como nuestra presidenta electa Claudia Sheinbaum, las ahora senadoras Citlalli Hernández y Andrea Chávez, o la secretaria Luisa María Alcalde, por mencionar sólo algunas de tantas valientes y aguerridas, se han mantenido desde los inicios del movimiento, siendo criticadas, cuestionadas y en ocasiones hasta violentadas, pero han crecido; se fortalecieron hasta conseguir cambios trascendentales en la estructura social y gubernamental de nuestra nación.
Si somos observadores y verdaderos críticos, nos daremos cuenta de que se les cuestiona, critica y menosprecia por todo, menos por el trabajo que han hecho desde sus trincheras. Así como ellas cuatro, hay miles de mujeres y hombres que luchan por transformar a México movidos por intereses distintos y un futuro más digno y prometedor para nuestras infancias.
Está por llevarse a cabo un relevo en la dirección de la nación y no menos importante, en las instituciones que por décadas le han dado riqueza a la clase política y que por ello, tanto les duele. Hoy la oposición no tiene más que sentarse a observar cómo su sueño de enriquecerse a costillas de los mexicanos se esfuma. Aun cuando pretenden hacer creer que se está acabando con la autonomía de las instituciones o con la “independencia de nuestro país”. ¿Cómo alegan que se perderá una libertad o independencia si fueron ellos quienes manipularon y usaron a las instituciones a placer y conveniencia?
Ni Morena, ni el Presidente, ni la doctora Claudia, ni nadie se “quedará” a cargo del Poder Judicial, del Poder Ejecutivo o del Poder Legislativo, cada poder es autónomo y está al servicio del pueblo. Ellos son el verdadero contrapeso de todos y cada uno de los que nos encontramos trabajando en cualquiera de los tres poderes.
La Cuarta Transformación es real, está aquí y está transformando. Aunque les duela. Aunque les pese.