En un hecho inédito, el pasado 3 de octubre, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), sin tener facultades para ello, aprobó “revisar” la constitucionalidad de la reforma al poder judicial. Es patético escuchar las “argumentaciones” de los 8 integrantes de la SCJN que aprobaron tal barbaridad. Los opositores a la reforma se la han pasado diciendo que están en contra de ella porque defienden la carrera judicial, porque según ellos en el momento actual están en el poder judicial “los más preparados”.

Desde los cursos de Derecho de bachillerato se nos enseña que ninguna ley puede estar por encima de la constitución. A pesar de esto el ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo se atrevió a decir que sí tienen la facultad de revisar reformas constitucionales porque se los faculta el artículo 11 de la ley orgánica del poder judicial de la federación. ¿En dónde estudió Derecho este señor? ¿Si esos son los más preparados, cómo estarán los demás?

El artículo 135 constitucional es muy claro en los requisitos que se deben cumplir para una reforma constitucional: ser aprobada en el congreso y en el senado por mayoría calificada y por la mayoría de los congresos estatales y estos tres requisitos se cumplieron a cabalidad. Hasta el momento, la reforma ha sido aprobada por 25 de los 32 congresos estatales.

Los jueces “más preparados” se han dedicado a auto otorgarse una serie de amparos en contra de la reforma, a pesar de que el artículo 61 de la ley de amparo es muy claro, basta haber cursado la primaria para entenderlo: “el juicio de amparo es improcedente contra adiciones o reformas a la constitución”.

¿A quiénes representan esos 8 ministros de la SCJN que quieren echar abajo la reforma al poder judicial? ¿Cuál es su legitimidad? Los eligió un senado controlado por el PRIAN, los grandes perdedores en las elecciones del 2 de junio. A esos intereses responden. Esos 8 que el pueblo no eligió, pretenden pasar por encima de los 395 diputados federales que aprobaron la reforma, por encima de los 86 senadores que también la aprobaron, por encima de los 25 congresos estatales que también ya la aprobaron, por encima de los 664 diputados locales que la aprobaron.

Así que esa banda de los 8 actúa de una manera profundamente antidemocrática. Pretenden ser el poder de poderes y pasar por encima del ejecutivo y del legislativo. Se les olvida que detrás de esos poderes hay 36 millones de mexicanos que votaron para que Morena y aliados pudieran modificar la constitución de manera legal, democrática y legitima.

Académico de la UAQ. anbapu05@yahoo.com.mx

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