De manera sorprendente, hoy en día hay grupos muy minoritarios que, con respecto a la reforma del poder judicial, dicen que “no son escuchados”. En esta categoría entran, principalmente, trabajadores del poder judicial y, muy recientemente, estudiantes de derecho, principalmente de universidades privadas y algunos de universidades públicas. Esta postura es a todas luces dolosa pues hemos venido discutiendo sobre una necesaria reforma al poder judicial, desde hace años y más intensamente en los últimos meses.

La iniciativa del poder ejecutivo se turnó al congreso desde principios de febrero de este año y a partir de ahí se llevaron a cabo toda una serie de foros tanto a nivel nacional como en todos los estados de la república, e incluso a nivel municipal. El problema es que los que ahora se quejan de “no ser escuchados” se negaron a participar en estos foros, los despreciaron, comenzando por los integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), pasando por jueces, trabajadores del poder judicial y los estudiantes arriba señalados.

Es fuerte la sospecha de que se negaron a participar en los foros porque no les interesa ninguna reforma al poder judicial. Algunos porque son beneficiarios directos de este poder, otros por indolencia, algunos más por ignorancia. Todos estos forman parte del 13 por ciento que no considera necesaria ninguna reforma al poder judicial.

Sin embargo, a partir de los resultados de las elecciones del 2 de junio, parece ser que algunos de los que hoy se quejan comenzaron a preocuparse de que la reforma propuesta por el Ejecutivo llegara a aprobarse. A partir del 27 de junio, y hasta finales de agosto, incluso se llevó a cabo un parlamento abierto para justamente discutir todo lo relativo a la reforma. Una vez más, muchos de los que hoy se quejan no participaron en los múltiples foros llevados a cabo, incluso en plazas públicas. Hubiera sido interesante que participaran para que escucharan también a las víctimas del mal funcionamiento, de la ineficiencia y de la corrupción en el poder judicial.

En total, han sido siete meses de una amplia discusión a lo largo y ancho del país. El tema se ha discutido en el congreso, en foros públicos, en plazas públicas, en colonias, en municipios, en medios de comunicación, en redes sociales. Así que un grupúsculo no puede venir ahora a decir que “no los han escuchado”. Ellos mismos se auto marginaron, ahora que no se quejen.

Académico de la UAQ.

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