Cónclave es una de las películas realizadas en 2024 que pasará a la historia de la cinematografía por el argumento: la elección de un Papa en el tiempo contemporáneo a la producción. El tema gira en torno de los complejos mecanismos que utiliza esta institución para la elección de sus líderes. La espléndida realización tiene como escenario espacios históricos, lo que permite tomas espectaculares a claustros y jardines, aunque, de manera especial, la cámara se recrea en habitaciones suntuosas, lugares cerrados donde se analizan el pasado y el presente de los cardenales que son protagonistas de esta narrativa llevada a la pantalla. Los acercamientos a rostros, miradas y detalles de las vestimentas u objetos ornamentales nos hacen penetrar a la mente de los protagonistas.
Bajo la dirección de Edward Berger, el dramaturgo Peter Straughan adaptó la novela de igual título escrita por Robert Harris, publicada en 2016. Es una producción con capital proveniente de Estados Unidos y el Reino Unido. No requirió un presupuesto colosal: apenas 20 millones de dólares, que fueron recuperados en el estreno.
El Papa en funciones muere de un ataque al corazón. La filmación comienza en torno del cuerpo de Su Santidad en su cama, como si durmiera. Sus más cercanos colaboradores rodean el lecho de muerte. La trama se complica. Las ceremonias fúnebres deben seguir el rígido protocolo establecido a través de los siglos. Nada sencillo este reto para el decano del Colegio Cardenalicio: Thomas Lawrence, procedente de Gran Bretaña (Ralph Fiennes) quien debe dirigir el cónclave y seguir, de manera puntillosa, cada uno de los ritos que definen el proceso.
Lawrence enfrenta varios escollos al enterarse de secretos inconfesables, nunca mejor dicho, que laceran la hoja de vida, en apariencia impoluta, de varios de sus colegas. Dudas de fe, luchas al interior del grupo, pecados de juventud cuyas consecuencias se vuelven aparentes para manchar la trayectoria de un candidato popular, que representa a todo un continente.
Las actuaciones de Stanley Tucci, John Lithgow y Sergio Castellitto como miembros del Colegio son formidables. Uno llega a creer que en verdad asiste a esas comidas y conversaciones de pasillo, confesiones y juramentos que van moviendo las piezas de ese juego de ajedrez donde algunos alfiles salen triunfadores, los peones son descartados, el rey está en problemas y hay una reina: Isabella Rosellini, monja responsable de la logística del evento. La actriz es hija de la gran Ingrid Bergman y Roberto Rossellini, director de cine de nacionalidad italiana; esta mujer que durante muchos años fue modelo nació en el ambiente del cine, se mueve como pez en el agua y sabe sortear obstáculos.
Los cardenales, en El Vaticano como en la vida, se dividen de manera natural en grupos definidos por su raza, costumbres, idioma materno, cultura y niveles de poder.
El actor mexicano Carlos Diehz tiene una participación fundamental.
Muero de ganas de contarte el final pero no puedo hacerlo. Es uno de los desenlaces más inesperados y originales que yo haya visto, muy acorde con la definición del ser humano de estos tiempos tan convulsos e inéditos.
La actuación, dirección y cinematografía le han otorgado premios y nominaciones; la crítica la nombró una de las diez películas más importantes de 2024. No dejes de verla.