Fernando Gamboa: pintor y museógrafo, caballero de maneras antiguas y el trato más fino y diplomático que uno pueda apreciar. Tuve la dicha de conocerlo en Querétaro, en una de sus visitas como asesor de los programas culturales del Estado. Se formó como artista plástico en la Academia de San Carlos, pero su espíritu inquieto lo llevó a una búsqueda constante de la excelencia. Con talento y tesón, contribuyó a la creación del Instituto Nacional de Bellas Artes; dejó galerías populares en las colonias Peralvillo, Guerrero y Doctores de la Ciudad de México. Como diplomático, su nombre entró a la Historia cuando ejecutó acciones tendientes a asilar a los republicanos españoles que salieron de su nación a raíz de la Guerra Civil. En 1939, organizó los barcos que partieron de los campos de concentración en Francia hacia el puerto de Veracruz.

José Antonio Abreu Anselmi: músico, economista, activista y educador venezolano. Fundó la Orquesta Nacional Juvenil de Venezuela y en 1975 creó un sistema nacional de orquestas infantiles y juveniles que transformó la vida de las aldeas, comunidades rurales y ciudades. Más de un millón de niños y jóvenes aprendieron a tocar instrumentos y a ser parte de un grupo mientras su mente pensaba al ritmo de las piezas nacidas de sus manos, volcando su creatividad en partituras, ensayando día y noche para los recitales. Familias y barrios enriquecieron su vida escuchando música en vivo, belleza convertida en sonido, cuerdas frotadas que se empeñan en mover las fibras del corazón. Las orquestas creadas por Abreu formaron a Gustavo Dudamel, uno de los mejores conductores del mundo, actual director de la Ópera de París. Abreu murió en Caracas en 2018 y en su homenaje póstumo participaron más de diez mil músicos.

Grace Hopper: militar, matemática, científica, creó el lenguaje COBOL, una de las columnas de la ciencia de la computación actual. Empleó sus conocimientos para la creación de la computadora Harvard Mark I, al final de la Segunda Guerra Mundial. Obtuvo un doctorado en la Universidad Yale, fue profesora universitaria y se unió a las Fuerzas Armadas de su país para desarrollar lenguajes cibernéticos. Toda la vida fue curiosa: a los siete años, desarmó siete relojes de su casa para saber cómo funcionaban. Resumía su pensamiento con estas frases: “Los humanos son alérgicos al cambio. Les encanta decir: ‘Esto siempre se ha hecho así’. Yo lucho en contra de esa idea”.

Stanislav Petrov: militar soviético que coordinaba la defensa aeroespacial de la gran potencia. En 1983, la URSS derribó un avión comercial en que viajaban americanos. Esta acción hizo que la OTAN realizara maniobras de simulación con misiles, para una hipotética escalada de tensiones que podría culminar en la tercera guerra mundial. Petrov detectó un misil que se dirigía a la URSS, pero en lugar de comunicar el hecho a sus superiores y movilizar ejércitos para la escalada bélica, analizó con calma la situación; después se supo que un suceso astronómico había confundido al sistema y que era una falsa alarma. La URSS lo degradó como militar, por no cumplir con sus funciones. Su participación fue fundamental para que la guerra no estallara. Sin la acción de Petrov, quizá no estaríamos aquí.

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