“Volver la vista atrás”, de Juan Gabriel Vásquez, es una novela densa, de trama compleja, que se desarrolla a través de 480 páginas (once horas en audiolibro), basada en hechos reales.

Vásquez es un escritor colombiano, nacido en Bogotá en 1973. Ha bebido de las fuentes de García Márquez y de Abad Faciolince, sus compatriotas. También, y un hecho que marca su escritura, ha leído la mejor literatura del mundo. Ha traducido, entre otros, a Victor Hugo y Joseph Conrad.

El título no es gratuito: Vásquez hace un homenaje a Antonio Machado, cuyo poema “Cantares” incluye estos versos: “Al andar se hace camino / y al volver la vista atrás / se ve la senda que nunca / se ha de volver a pisar”.

La novela dibuja con perfección de retratista a tres personajes inspirados en Fausto, Sergio y Raúl Cabrera: abuelo, padre e hijo.

Fausto Cabrera fue un actor de cine, radio y televisión, director de teatro, escritor y poeta, uno de los fundadores de la televisión colombiana. Nacido en 1924 en Las Palmas, Gran Canaria, fue anarquista republicano durante la Guerra Civil; en la dictadura tuvo que huir de su país y llegó a Colombia, donde comenzó su carrera como actor declamando poesía de Machado y Lorca. En la novela, se presenta como un ser de intensa actividad mental, enorme sensibilidad social y una conciencia del presente que se convierte en el lema familiar: “Vive la vida de tal suerte que viva quede tras la muerte”.

Fausto y su familia radicaron en China durante las décadas de 1960 y 1970: vivieron la gran revolución cultural proletaria, según los dictados del marxismo-leninismo bajo el pensamiento de Mao Tse-Tung. Este es el corazón de la narrativa. Al llegar a este punto, sentimos el latido de la sangre revolucionaria: roja, intensa, ardiente.

Vásquez describe de manera magistral el sistema que marcó la historia reciente de China, un país inmenso, cuyo poderío se hace cada vez mayor, y todo apunta a que seguirá siendo una potencia que todo lo produce y que exporta al mundo entero su ideología, cultura, medicina, gastronomía y sentido de vida.

La novela comienza en Barcelona. Sergio, cineasta, recuerda los hechos fundamentales de su vida y la de su padre. La cámara invisible de Vásquez sigue a los Cabrera desde la guerra en España hasta el exilio en América, la vida en China y los movimientos armados en ese país que fue semillero de guerrilleros que se mudaron a otras naciones llevando consigo un mensaje de odio a los que poseen riqueza material mientras rinden culto a la personalidad del líder.

Mario Vargas Llosa publicó en El País: “Una de las grandes novelas que se han escrito en nuestra lengua”. En el mismo periódico, Berna González Harbour declaró: “Pluma hipnótica que logra que nos importe alguien que no sabíamos que nos importara. Volver la vista atrás te atrapa en torno a la huida del franquismo y mil andanzas de la familia del cineasta colombiano Sergio Cabrera. Y no lo sueltas”.

De Vásquez, me había fascinado “El ruido de las cosas al caer”, premio Alfaguara de novela 2011, una historia dedicada al miedo que sufren los habitantes de un país (Colombia) aterrados ante las bandas de narcotraficantes (aquí, cada vez más, podemos ubicar a México). Hay que leer a este formidable narrador que nos ayuda a comprender mejor nuestro entorno.

Google News

TEMAS RELACIONADOS