Viví este momento en el verano de 2016. Mi familia comía en un hotel de unas doscientas habitaciones, donde se celebraba un evento empresarial: la apertura de una planta de manufactura, propiedad de una firma europea.
Los directivos y accionistas venían de varios países: hombres maduros, con un sólido poder adquisitivo. En un jardín del hotel se celebraba un brindis con champán y bocadillos. Al entrar al sanitario, encontré a tres chicas altísimas, de piel blanca y ojos muy azules, que se quitaban el pantalón de mezclilla y la playera de algodón para ponerse vestidos de licra, sin espalda, con escote pronunciado y brillos de lentejuela. Cuerpos perfectos, rostros de pintura religiosa en el Renacimiento. Se desvestían sin ningún pudor, como jugando, peinando su largo cabello rubio. Hablaban un idioma que supuse que provenía de Europa Oriental.
La escena me estremeció. De inmediato pensé en la protagonista de la novela Milena o el fémur más bello del mundo, de Jorge Zepeda Patterson. Esa narración, basada en datos reales producto de una investigación profunda, describe la tragedia que viven estas chicas, engañadas de mil maneras por las redes internacionales de giros negros para obligarlas a prostituirse.
Escribe Zepeda: “Se llamaba Alka y era croata, aunque después de tres días en un armario oscuro sin probar bocado, tenía la sensación de ser un animal sin nombre ni procedencia. La falta de ropa, apenas paliada por una vieja manta tirada en el fondo del lugar donde la recluyeron, acrecentaba la sensación de extravío y anonimato”.
Este párrafo narra un instante de los tratos inhumanos que reciben las muchachas cuya belleza las condena, las vuelve mercancía codiciada, fácil de exhibir y vender. Detrás de este engaño hay una madeja de razones por las cuales ellas terminan por aceptar su suerte; hay millones de familias que sobreviven gracias a los ingresos que sus hijas les envían desde otra parte del mundo. Cada día, miles de adolescentes abandonan los estudios y salen de casa para trabajar en bares y negocios que son puertas de un mundo sórdido, un infierno en la tierra que por unos años les permite ganar dinero, y más tarde, enganchadas a la droga, serán abandonadas por sus mercaderes.
En ese breve encuentro, por un instante tuve la tentación de hablar con ellas como lo hago con mis estudiantes, para convencerlas de dejar ese camino y regresar a la universidad, o abrir un negocio lícito, desarrollar habilidades, crear arte o cualquier otra opción que les permitiera vivir con dignidad.
Mi propuesta habría sido rechazada. Ni siquiera hablaban español. Era posible que hubieran sido contratadas por la compañía que celebraba la fiesta, para que adornaran el jardín y acompañaran a los directivos.
Los humanos habitamos varios espacios que coinciden en el tiempo. Algunos tienen poder y dinero. Otros se distinguen por su inteligencia o talento. Estas mujeres poseen una belleza espectacular, y esta cualidad tan deseada se convierte en su perdición. Como todo en la vida, el tema tiene varias facetas, que han sido analizadas en libros y llevadas a las pantallas.
Algunas instituciones a las cuales pedir ayuda: www.childrenofthenight.org, ecpat.org, www.unicef.ch, PROTECT Against Child Trafficking.