Que vivimos en un mundo de abismales diferencias y terribles injusticias, nadie lo duda. El hambre, esa acuciante sensación de vacío, esa debilidad del cuerpo que se traduce en dolor, tristeza y sentimiento de abandono, ataca todos los días de su vida a algunos semejantes nuestros, quienes viven cerca de nosotros. Tan absortos estamos en nuestros problemas, tan encerrados en la burbuja que hemos elegido para vivir, que muchas veces no nos damos cuenta de esta necesidad.

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, cerca de 850 millones de seres humanos padecen hambre. Con las guerras e invasiones que ocurren hoy en día, este número aumenta cada minutos.

Hay quienes, sin embargo, han decidido mirar al problema de frente, contribuir a eliminarlo de una forma inteligente y resolver al menos en parte esta desigualdad, para otorgar un alivio a las familias. Para ello, han fundado el Banco de Alimentos. En el estado de Querétaro, BAMX realiza el esfuerzo más grande que se ha hecho en nuestra historia para ayudar a la población con inseguridad alimentaria.

El miércoles 16 de octubre de 2024, con la colocación de la primera piedra, dio inicio la construcción del nuevo espacio de esta IAP (institución de asistencia privada), en un terreno de 10 mil m2, con una nave industrial de 2 mil 500 m2. Se requiere una inversión de 60 millones de pesos.

Para resolver cualquier ecuación, es necesario contar con los factores que la definen. En nuestro estado, los datos más actualizados son del año 2022, cuando había 643 mil personas que sufrían algún tipo de inseguridad alimentaria. El Banco cuenta con el apoyo de empresas distribuidoras que tienen locales en la Central de Abastos, además de supermercados, ranchos agrícolas, plantas de producción industrial de alimentos, invernaderos y otros donadores privados.

Cada día, el equipo del Banco recibe los bienes donados, verifica que se encuentren en óptimas condiciones, los empaca y los incluye en una despensa que se entrega a los beneficiarios: familias de comunidades marginadas, instituciones de asistencia social y organismos que han pasado por un proceso de selección impecable.

Nuestro estado tiene todavía más de 40 mil personas en pobreza extrema. Sin nutrientes, el cerebro humano se niega a pensar, procesar información o retenerla en la memoria. Los niños desnutridos no pueden estudiar como se debe. Las mujeres embarazadas dan a luz a bebés con bajo peso y malas condiciones para la vida.

Por otra parte, toneladas de alimentos irían directo a la basura de no ser por la acción benéfica del Banco, que se define como una organización sin fines de lucro y donataria autorizada con más de 27 años de trabajo que ha logrado entregar 3 mil toneladas de alimentos. El doctor Rodolfo Loyola Vera, presidente del Consejo Directivo, dirige un grupo humano que realiza una labor sintetizada en su misión: “Manos con alma para recibir y dar”.

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