El contexto político nacional y local –Querétaro- a inicios de 2025 es una combinación de ingredientes –discursos, actores, narrativas, partidos- que dan un sabor especial y de interés al panorama que el país.

La elaboración de tamales, comida típica de México que se disfruta e impulsa más durante enero y comienzos de febrero, incluye novedades regionales o tipos de tamales que años previos no estaban en el “menú” tradicional.

Cinco platillos o variedades de tamales son las novedades en menú que comensales pueden degustar, disfrutar o, en su caso, rechazar en 2025. Conozcamos cuáles tamales son.

Tamal Chaugusto: Elaborado con queso Chihuahua e ingredientes de Tabasco. Receta original de finales 2023, en periodo de precampañas a la Presidencia. Desde septiembre 2024, se prepara en instalaciones del Senado de la República. Quienes han escuchado la receta original aseguran que su elaboración requiere de mucha altura y lectura de poemas. Se sugiere comer el 14 de febrero o cerca de esa fecha, en vez del Día de la Candelaria. Promete disfrutarse A(u)gusto.

Tamal sinaloense. Elaborado a base de lengua, chile guajillo -color guinda- y bastante necedad. Tiene variedades: con o sin fentanilo. La receta del momento incluye hojas de “The New York Times” en la cocción de la masa del tamal. Mientras se prepara, con frecuencia se escuchan balaceras, “sirenas” de patrullas de policía o ambulancias, o noticias sobre delincuencia organizada. Se sirve enRochado… digo, enrollado.

Tamal emPANizado. Elaborado en Querétaro. El chef a cargo es conocido por clientes como “Canallín”. Antes, había chef mujer responsable del platillo: sus apellidos son Murguía Toletes… digo, Gutiérrez. La última receta del tamal puede provocar “panchos” en algunos políticos con deseos de protagonismo.

La elaboración del tamal incluye agua bendita o rosario católico, más unas palabras en sentido contrario a la competencia del negocio. Está prohibido que el tamal sea vendido por comerciantes indígenas o personas que se manifiestan en vía pública en protesta por escasez de agua en sus comunidades.

Tamal regio. Naranja por fuera, rosa por dentro. Sabor dulce y con poco cerebro… digo, masa. Publicitado en revistas “del corazón”, fotografiado en exceso a la mínima provocación. La elaboración del platillo incluye videos de “TikTok”, spots publicitarios con actores “delgados” o candidatos “diferentes”, y escenas a bordo de camionetas Tesla.

Pese a la promoción, quienes lo han probado aseguran le falta sustancia.

Tamal Aty(í)pico. Elaborado a base de hígado, vísceras, dosis de odio y rencor. Siempre. No se usa la razón o el cerebro en su preparación. Frecuentemente se escuchan insultos, reclamos y hasta mentadas entre cocineras o cocineros que hacen el tamal. La receta se transmite por televisión, pero cada vez tiene menos audiencia y credibilidad.

Aclaración: el “saco de pus” se pide o vende aparte. El tamal no lo incluye. Advertencia: Cómase bajo su propio riesgo.

Adicionales:

Tamal “muro”. Elaborado con ingredientes que tienen aumento de aranceles. Impulsado por chef mayor de edad, bravucón y con pelo color naranja. Platillo distribuido por agentes policiacos y de migración. No se recomienda para personas sin documentos de residencia en Estados Unidos. Cómase bajo su propio riesgo… de deportación.

Tamal de chile guinda. Elaborado en Querétaro, en comunidades del distrito federal de la Sierra Gorda. Su preparación incluye otros ingredientes, los que “no se voltean a ver”. Publicitado como “diferente” y competencia al tamal emPANizado. Se pronostican más ventas de este tamal conforme se aproxime 2027.

Periodista y profesor de la UAQ

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