En los últimos dos meses hemos observado en Querétaro la visita de diversos actores políticos nacionales pertenecientes al movimiento de la llamada 4T, se han atestiguado diversos eventos que van desde la presentación de un libro presentado por Ricardo Monreal en la Facultad de Derecho de la UAQ, hasta mítines en plazas públicas como el encabezado por Gerardo Fernández Noroña, así como concentraciones disfrazadas de “conferencias” como la de la actual Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, vino a “explicar la iniciativa de reforma constitucional en materia electoral”.
De lo anteriormente enunciado, hay voces dentro de la opinión pública que señalan que tales hechos pudieran considerarse como actos anticipados de campaña. Sin embargo, los defensores de dichas manifestaciones argumentan que las actuaciones de esos actores políticos se encuentran dentro del marco de la ley, toda vez que, no ha iniciado el proceso electoral, de ahí que no se pueda generar alguna afectación en la equidad de la contienda, pues como tal, no existe.
Por otra parte, los partidos políticos que integran el llamado bloque opositor han manifestado su rechazo hacia lo que señalan como promoción personalizada. Pero lo que nos lleva a la reflexión en estas líneas es sobre lo innecesario de realizar un proceso anticipado de sucesión presidencial a casi dos años de que se concrete. En el debate de las ideas, estas son las que han estado ausentes, pues más allá de las personas de cualquiera de los dos bloques contendientes, las fuerzas políticas no han sabido orientar la opinión pública hacia la discusión del rumbo que como país deberíamos seguir, es decir, más que las personas, lo que debería interesarnos es saber cuál es la radiografía política que conciben y con base en ello, cuál sería la apuesta de camino a trazar.
Finalmente, si al mismo tiempo nos encontramos en un momento donde se propone realizar cambios a la norma fundamental en materia electoral, sería una oportunidad para redefinir algunas restricciones y así endurecer las sanciones, o de plano, cambiar el esquema para incorporar elecciones primarias al interior de cada partido político para que deje de privar la simulación, el posible desvío de recursos públicos o la proliferación de recursos económicos de particulares en campañas que lejos de construir debate político sólo refuerzan la polarización social y el desencanto democrático, pues nadie cree que realmente se adoptarán métodos de selección democráticos . Como diría Don Jesús Reyes Heroles, pongamos el proyecto antes que el hombre.
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