El día de ayer se llevó a cabo en el pleno de la LX legislatura local, la votación de la “Iniciativa de Ley de Aguas del Estado de Querétaro e iniciativa de Ley que deroga diversas disposiciones del Código Urbano del Estado”, el sentido fue a favor, en razón de la aplastante mayoría panista que cuenta por sí sola con 16 de los 25 votos, solamente hubo rechazo de 6 diputados, 5 diputados de Morena y 1 del PRI, mientras que los otros 2 diputados del PRI tímidamente decidieron abstenerse y el ausente fue el del PVEM.
Lo anterior, revela varios aspectos alrededor de dicho acto legislativo. Por un lado, la recurrente mala práctica de remitir dictámenes con menos de 24 horas de anticipación, sobre temas sustantivos para la vida pública del estado, ya que, si bien sí existe la capacidad humana para leer un documento que consta de 60 cuartillas, no la hay para hacer una valoración jurídica, técnica y adentrarse en el estudio de fondo que merece una iniciativa que por su naturaleza necesita allegarse de conocimientos en materia hídrica.
Segundo aspecto, es obstinación del partido en el gobierno y grupo mayoritario en la legislatura, desoír las voces de todos aquellos que no sean del círculo o no hayan sido patrocinadores de campañas electorales. Porque la opacidad con la que se concretó la iniciativa deja mucho que pensar a la sociedad sobre los posibles beneficiarios con este cambio al cuerpo normativo; como se ha dejado constancia, las concesiones en México y Querétaro han salido mal, para muestra el deficiente servicio en el transporte público que se pretende reordenar. Con el presente cambio se recurre a la máxima de privatizar las ganancias y socializar las pérdidas.
El pronóstico para corto y mediano plazo es malo, pues al menos durante la mitad del sexenio seguiremos viendo este tipo de ultrajes a la sociedad queretana, pues los miembros del partido en el poder tienen facilidad de palabra al mentir en tribuna y ofrecer a su electorado una zanahoria como carnada diciendo que concretaron un gran logro para el tema de los macromedidores, cuando se desconocen los alcances, daños y perjuicios de lo que votaron para los próximos años.
Desde que este articulista ha puesto atención al poder legislativo, a partir la 57 legislatura cada una se ha caracterizado por ser peor que la anterior, sin embargo, la actual está más expuesta por la presencia de las redes sociales que facilitan el flujo de información. De momento, a solo 8 meses de haber iniciado, ya se ganó su nombre grabado en letras de PET en el basurero de la historia. Esos diputados que sin conciencia social ni límites éticos aprobaron y aprobarán cuanta iniciativa les instruyan, tarde o temprano caerán en cuenta de lo que es no tener agua y pagarla cara. Al tiempo.
Twitter: carlosfcps / FB: Carlos Velázquez