“Desafortunada” e “imprudente” la opinión del embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, sobre la Reforma Judicial propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Los tiempos políticos cambiaron y, aunque la injerencia del gobierno del norte persiste, las formas se modificaron. Para el actual gobierno, la imposición pública de reglas de comportamiento general desde el exterior es inaceptable.
A poco menos de tres meses, las declaraciones del embajador estadounidense en México muestran un talante distinto con respecto a la Reforma al Poder Judicial.
El 13 de junio, tras el triunfo de la presidenta electa Claudia Sheinbaum, quien obtuvo el pasado 2 de junio, 35 millones, 924 mil, 519 votos, lo que representa el 59.76 por ciento del total de la votación, Ken Salazar manifestó su respeto a la “decisión de los mexicanos” para elegir de manera directa a los jueces.
Sin embargo, el pasado 22 de agosto, modificó radicalmente su postura y lanzó una advertencia al gobierno de México, señalando que la elección popular de jueces, ministros y magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación significaba “un riesgo para la democracia en México”, una amenaza a la relación comercial entre ambos países y una merma en la confianza de los inversionistas. Incluso, aseguró que esta decisión no resuelve la corrupción y “abre la puerta al crimen organizado” –como si esta situación no tuviera lugar en este momento–.
Ante estas declaraciones, Andrés Manuel López Obrador respondió: “Durante muchos años Estados Unidos ha aplicado una política injerencista en toda América”. Y calificó de “desafortunada” e “imprudente” la opinión de Ken Salazar sobre la Reforma al Poder Judicial.
Ese mismo día, el presidente de México hizo llegar a la Embajada de Estados Unidos una nota de protesta en la que manifestó su “profundo extrañamiento”, por las declaraciones del representante estadounidense a la Reforma al Poder Judicial. Exigió que no haya más intromisiones en la política interna y criticó la “política prepotente” de Washington y su “burda actitud intervencionista”. A lo que añadió: “No vamos a someternos a ningún país, ni a ninguna potencia extranjera”.
Después de la respuesta del presidente Andrés López Obrador en su conferencia matutina del viernes 23 de agosto, Ken Salazar matizó sus declaraciones en un mensaje publicado en su red “X”, donde señaló: “las preocupaciones que expresé sobre la elección directa de jueces son en espíritu de colaboración”, a lo que agregó, “como socios, buscamos un diálogo honesto y abierto para seguir con el gran progreso democrático y económico que hemos alcanzado”. Guiño que evidencia la división entre capitales trasnacionales.
El debate sobre la Reforma Judicial en México subió de tono y trascendió fronteras por el tipo de intereses que toca. No es un dilema menor, atender la demanda de casi 36 millones de ciudadanos que votaron el pasado 2 de junio en favor de un conjunto de reformas del “Plan C”, entre las que destaca la del Poder Judicial, o continuar con un sistema de impartición y procuración de justicia dedicado a favorecer intereses facciosos.
Doctorada en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM y Posdoctorada por la Universidad de Yale