Corren tiempos de “reiteración” de las narrativas de las agencias estadounidenses para terminar con el narcotráfico en México. Durante décadas, la edificación de la estructura del crimen organizado en nuestro país transcurrió en común acuerdo entre la Administración de Control de Drogas, agencia del Departamento de Justicia de los Estados Unidos (conocida como DEA, por sus siglas en inglés) y políticos, empresarios y militares.

La captura de Ismael “El Mayo” Zambada el jueves pasado, no tendrá consecuencias, más allá de convertirse en una noticia mediática dirigida a favorecer la campaña electoral de Kamala Harris frente Donald Trump.

La evolución del crimen organizado en México tuvo lugar desde el primer cuarto del siglo pasado. Un primer periodo comprende de 1926 a 1940 y le continúa un segundo de 1940 a 1980. En la década de los 80, durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari se produjo la fragmentación y proliferación de los grupos delincuenciales. Un tercer periodo va de 1990 a 2006, cuando se da la captura del Estado, un cuarto periodo está marcado por la mal llamada “guerra contra el narcotráfico” instrumentada por Felipe Calderón, desarrollada entre 2006-2012, que toca base con Enrique Peña Nieto, hasta llegar al actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Independientemente de la distorsión informativa que intenta confundir a la opinión pública lanzando comunicaciones contradictorias en la que no está claro si se trata de un acuerdo, decisión o traición lo que llevó a “El Mayo” Zambada, uno de los líderes del cartel de Sinaloa, a ser arrestado por las autoridades en El Paso, Texas. Incluso, el señalamiento de que las agencias estadounidenses ingresaron a territorio mexicano de manera ilegal para secuestrar y trasladar al “capo” a territorio del norte para su detención solo configura parte del espectáculo mediático.

Históricamente, las agencias del Departamento de Justicia de EU han operado el negocio del narcotráfico. Son las creadoras de los cárteles de la droga a quienes imponen en distintos territorios, como lo mostró Luis Astorga en su texto “El siglo de las drogas”, así como Ioan Grillo, en “El Narco: Inside Mexico’s Criminal Insurgence”. Agencias que despliegan un discurso dirigido a legitimar el supuesto combate contra el narcotráfico apoyados en gobiernos, medios de comunicación corporativos y diversas ONG.

Capturar a un “capo” de la droga no modifica en nada la estructura de este negocio criminal. El narcotráfico continúa su ruta ampliando sus ramificaciones basado en una economía de muerte. Una economía que convirtió a la guerra en su principal bastión de ganancias.

Ismael “El Mayo” Zambada, una leyenda más que cae, un mito construido por las agencias estadounidenses para favorecer a la élite política y económica que sostiene su fortuna en una pila de cadáveres.

Terminar con el narcotráfico, como apunta el periodista Jesús Escobar, significaría ultimar el sistema que lo promueve, incluidos los personajes que portan traje Armani y despachan en Wall Street. Pero, por desgracia, esto no va a suceder.

Doctorada en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM y Posdoctorada por la Universidad de Yale

Google News