Luces y sombras marcaron los procesos y fenómenos políticos de 2024. La ciudadanía consiguió llevar a la Presidencia de México a la primera mujer, tras 200 años de vida independiente. Sin embargo, la avasalladora votación a favor de Morena y sus aliados dejó a la oposición reducida a su mínima expresión para ejercer el trabajo de limitar el poder del gobierno entrante. Y, en el ámbito internacional, el retorno del ultraderechista Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.

La llegada de Claudia Sheinbaum a la Presidencia de la República constituye uno de los fenómenos políticos más relevantes del año. Se trata de la primera mujer que rompió con 200 años de gobiernos de hombres. A escasos tres meses de su mandato y frente a las amenazas del presidente electo Donald Trump de elevar aranceles al 25 por ciento, realizar deportaciones masivas y designar a los cárteles mexicanos como “organizaciones terroristas”, para justificar el posible intervencionismo de Estados Unidos en el territorio mexicano, sus respuestas contundentes, prudentes e informadas capturan la atención y el respeto de la opinión pública nacional e internacional.

Recientemente, la revista Forbes situó a Claudia Sheinbaum en el cuarto lugar del listado de las cien mujeres más poderosas e influyentes del mundo.

El “desdibujamiento” de la oposición, resultado de su incapacidad para proponer un proyecto diferente al gobierno del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, representa “lo malo” de los fenómenos políticos sucedidos en 2024. El nivel de la democracia se eleva en la medida en que existe una oposición fuerte, capaz de convertirse en un factor de control y limitación del gobierno en turno y una alternativa para la formación de nuevos gobiernos. La oposición tiene la obligación de convertirse en la expresión de ideas opuestas al oficialismo y ofrecer opciones a los sectores de la ciudadanía que no se sienten representados.

La oposición en México se equivocó al suponer que su papel consistía en obstruir el paso al Poder Ejecutivo para generar inacción, en lugar de ofrecer alternativas que incorporaran intereses de la población que quedaron al margen del proyecto oficial, mediante un ejercicio de deliberación y debate. Precisamente, esa es la razón de la política, construir vías de acción conjunta dirigidas a elaborar soluciones posibles a problemas comunes.

Lo peor de 2024 fue el retorno “recargado” de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. Frente al avance económico, comercial y armamentista de China; el resurgimiento político y comercial de Rusia en África y América Latina; la desaceleración económica y el frenazo industrial de Europa, derivados de la pandemia y la guerra de Ucrania-Rusia, Trump lanza amenazas extremas para conseguir lo que prometió a sus votantes: “Make America Great Again”.

Desde ahora, el presidente electo –quien tomará posesión el 20 de enero de 2025– prefigura un gabinete dirigido a radicalizar su gobierno para detener el declive del otrora imperio estadounidense. A este escenario se suma la complicidad de Joe Biden con Netanyahu para arrancar la vida de la población en Gaza.

Doctorada en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM y Posdoctorada por la Universidad de Yale

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