La respuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum fue contundente ante la imposición de Donald Trump de elevar 25% los aranceles a las exportaciones de México a Estados Unidos. Desmiente las acusaciones de Estados Unidos sobre los vínculos entre la delincuencia organizada y el gobierno mexicano; expone la responsabilidad de EU en la crisis de fentanilo y el tráfico de armas; ofrece cooperación, bajo el principio de soberanía y mutuo respeto; y, pone en marcha una estrategia económica alternativa para defender los intereses nacionales.
Detrás de las decisiones de Trump existe una debilidad que intenta enmascarar. Por eso, grita. Cuando el atropello y la barbarie emergen es porque el poder se encuentra en peligro.
Estados Unidos enfrenta una crisis económica grave. Al observar datos comparativos, destaca la reducción a la mitad de la producción manufacturera con respecto a sus cifras de 1994, mientras que la manufactura de China creció exponencialmente en el mismo periodo, como lo muestra el informe anual de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
La superioridad tecnológica que caracterizó al país del norte es desafiada por los avances de China en inteligencia artificial, telecomunicaciones y energía renovable. Y, en el terreno militar, Estados Unidos se encuentra amenazado ante la posición estratégica de los rusos en regiones clave, quienes han mostrado capacidades militares en el desarrollo de misiles hipersónicos.
En este contexto, los aranceles impuestos por Donald Trump no sólo representan una medida de presión contra sus socios comerciales más cercanos –México y Canadá–, y frente a su más fuerte rival (China), sino que forman parte de una estrategia radical para iniciar el proceso de reindustrialización en la Unión Americana para recuperar su liderazgo tecnológico y económico.
Las repercusiones que tendrá el aumento de los aranceles impuestos por Trump para las economías de los tres socios comerciales del T-MEC se expresarán en diferentes registros. Desde el comercio y la industria hasta el empleo y las relaciones diplomáticas.
Los impactos negativos para la economía mexicana no se dejarán esperar. El incremento en los costos manufactureros, la reducción de inversiones, el aumento del desempleo y la desaceleración en sectores clave como el automotriz y textil. Aspectos que correrán en paralelo a la reducción del Producto Interno Bruto, lo que supondrá una ralentización económica y aumento de la inflación, cuya consecuencia inmediata será la profundización de la desigualdad y la pobreza.
Ciertamente, la frase enunciada por la presidenta Claudia Sheinbaum, “Mantener la cabeza fría y el amor al pueblo”, es retórica. Pero, en el sentido de la voz latina “ars bene dicendi”, entendida como la técnica de expresarse de manera adecuada para lograr la persuasión del destinatario. Anuncia la construcción de una diplomacia de unidad para enfrentar las medidas unilaterales de Trump. Pero, también, prefigura el inicio de una batalla cultural y económica protagonizada por un pueblo capaz de hacer realidad la independencia y soberanía de México.
Doctorada en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM y Posdoctorada por la Universidad de Yale