En un acto multitudinario, celebrado el domingo pasado en el emblemático Zócalo de la Ciudad de México, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo informó sobre la respuesta de su gobierno ante las amenazas arancelarias del presidente Donald Trump. Y aprovechó la concentración de miles de ciudadanos para enviar un mensaje de doble vía: mostrar al vecino del norte la fuerza del pueblo que la respalda y alertar a los mexicanos de que la batalla arancelaria aún no termina.
La presidenta destacó la unidad nacional y lanzó una velada advertencia de lo extremadamente difícil que sería desestabilizar a México. Cualquier intento de interferencia desde el exterior encontraría una resistencia férrea y cohesiva.
Minutos después de concluir el acto en la Plaza de la Constitución de la CDMX, Claudia Sheinbaum compartió un mensaje en el que apuntó, “El amor a la patria siempre llama. Hemos demostrado que el pueblo de México es mucha pieza; juntas y juntos somos más, hacemos más y llegamos más lejos”.
Durante su intervención ante más de 350 mil personas, según datos de la Secretaría de Gobierno de la capital, Sheinbaum explicó las negociaciones de su administración con el gobierno de Estados Unidos en materia arancelaria. Informó sobre el convenio alcanzado con el gobierno de Donald Trump de suspender hasta el 2 de abril la imposición de las tarifas, reiterando su optimismo de que México continuará sin aranceles después de esa fecha.
En este marco, destacó los esfuerzos conjuntos para enfrentar el tráfico de fentanilo y detener el tráfico ilícito de armas hacia México.
Con el aplazamiento de los aranceles se modificó el motivo de la asamblea en el Zócalo capitalino. De un encuentro político convocado para comunicar al pueblo de México sobre las medidas a tomar en contra de las imposiciones del gobierno estadounidense se convirtió en un festejo por la alianza de ambas naciones.
Claudia Sheinbaum subrayó la simpatía que existe entre los pueblos de México y Estados Unidos y la importancia de cooperar y colaborar –sin sometimiento– para enfrentar los problemas comunes. Recalcó la interdependencia económica entre ambas naciones y la relevancia que tuvieron en el pasado los bienes de capital provenientes de EU para favorecer el desarrollo económico y tecnológico del país.
Este último reconocimiento no es una cuestión menor. Aunque la presentación de los cinco puntos clave para el desarrollo del país enunciados por la presidenta de México ante miles de simpatizantes es una respuesta a los gravámenes que el presidente estadounidense pudiera imponer después del 2 de abril. Su proyecto de nación lanza un guiño a la consolidación de un “capitalismo amable” con rostro supuestamente humanitario, configurado a través del Plan México.
Finalmente, frente la incertidumbre provocada por las decisiones impredecibles de Donald Trump, la presidenta de México alertó a los mexicanos a mantenerse listos para regresar al Zócalo capitalino y continuar la defensa de la soberanía nacional frente a una batalla arancelaria que aún no termina.
Doctorada en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM y Posdoctorada por la Universidad de Yale